Es analista político-económico, estudió Economía Política en la Universidad de Sydney en Australia. Ha sido columnista para KienyKe, Dinero.com y El Heraldo.
En el choque Dávila-Nassar, lo que hizo presencia fue la agresividad y prepotencia de las estrellas del ´nuevo periodismo´ que buscan el éxito despertando emociones
¿Cómo es posible que la economía colombiana siga soportada en petróleo, peor aún, con fracking? ¿Qué política más tonta volver objetivo nacional tumbar a Maduro, peor aún, imponer a Guaidó?
Nos quieren vender que los resultados económicos demuestran que vamos bien, pero ¿cómo hacer llegar el mensaje de que crecer no necesariamente es progresar?
¿Qué ganamos con la visita de Guaidó o con la de Pompeo, en un marco en que declaramos terroristas todos los enemigos de Estados Unidos y desplegamos ejercicios militares conjuntos?
El poder que detentan los comunicadores no nace del conocimiento de los temas o su capacidad de análisis, sino de la habilidad para movilizar las emociones del público
No han entendido que nada sacan con no reconocer la naturaleza del inconformismo, denunciar conspiraciones del castrochavismo, y convertir en un problema de vandalismo la masiva expresión de insatisfacción
No estamos ante una manifestación política, ni siquiera una protesta social, es una explosión de inconformismo contra el marginamiento y la inequidad, por el agotamiento de un modelo