Resistió shocks eléctricos y golpes controlados, pero nunca delató a sus compañeros del M-19. Veinte años después, el soldado que lo detuvo lo visitó en el Congreso
Leo León un campesino del Catatumbo, no resistió un año en la fría Bogotá donde repartía su tiempo entre una gris oficina de la UNP y su pequeña hija Laura
Además de ser un defensor de derechos humanos, era un antioqueño raizal que sabía que la muerte acechaba a La Granja, su pueblo, y El Aro, pero el Gobernador no lo oyó
Carlos Mattos, el empresario vallenato, enloda su emporio y su vida de jets e islas privadas, para terminar acusado por un delito que lo puede mandar a la cárcel