Con el desarrollo sostenible ocurre algo similar al niño malcriado que no quiere comerse la sopa o no le gusta la ensalada: por su propio bien, se las tiene que comer.
Por fortuna, cada vez son más las personas que, por iniciativa propia, han tomado conciencia de los graves estragos, como el cambio climático o los plásticos en el mar, que hemos causado al planeta con prácticas de producción y consumo ambientalmente muy irresponsables y de la urgencia de encontrar soluciones para revertirlos.
Pero por increíble que parezca (uno lo ve en la calle en el día a día), hay aún muchísima gente inconsciente en sus prácticas de consumo que sigue generando y botando basura como si estos problemas ocurrieran en otro planeta.
Entre estos muchos irresponsables están (sí, adivinó) los que aún “se ponen bravos” porque en la simple tienda de barrio o en el supermercado de cadena les escatiman, por razones ambientales, la bolsa plástica. A todos estos “desinformados” (el colmo en la supuesta era de la información) debería darles vergüenza, pues alternativas hay muchas.
Si va a ir hacer su mercado o de compras al centro comercial, pues lleve su bolsa reutilizable. Y en su día a día evite bolsas plásticas de un solo uso, empaques plásticos absurdos o recipientes de icopor (poliestireno expandido) para comida, que ni siquiera son reciclados (como sustitutos puede privilegiar los de cartón u otros materiales biodegradables, llevar a la oficina recipientes reutilizables con sus propios cubiertos lavables, o sencillamente comer en el restaurante en vajilla lavable).
Lo peor de todo es que un gran número de empresas o consorcios, como Rappi, Grupo Éxito, Falabella, Cencosud, Olímpica, Subway, Crepes & Waffles o helados Mimos, entre muchos otros, a los que se les ha sugerido cambiar sus políticas para desincentivar tanta bolsa o guantes plásticos, siempre ponen de pretexto que hay muchos clientes “que se ponen bravos” si no se las dan o no los emplean.
Y qué ironía, porque en lugar de hacer caso a los clientes más conscientes y responsables con el planeta, le están haciendo caso, por temor a perderlos, a los clientes más retrógrados, quienes están frenando el progreso a un ritmo más rápido hacia un desarrollo más sostenible.
Sepan esos clientes retrógrados que la sostenibilidad es una tendencia global e irreversible, como en su momento fue la abolición de la esclavitud (aunque en su momento muchos se opusieran), y cada vez serán menos los lugares donde accederán a darles bolsas plásticas de un solo uso, así se pongan bravos y hagan berrinche, como niños malcriados a semejante edad.