Los habitantes del municipio de Dibulla no han podido explicarse por qué en estos últimos tres años y nueve meses se han venido presentando un sinnúmero de eventos sísmicos, que han mantenido en incertidumbre a la población. Algunos son perceptibles, otros no, pero lo preocupante de estos fenómenos es entender las causas que los generan. El país viene reportando registros de eventos sísmicos desde el año 1993 a través de la Red Sismológica Colombiana, pero llama poderosamente la atención que solo hasta el 03 de noviembre de 2013 a las 09:08:43 se presenta el primer sismo en el municipio de Dibulla con una magnitud de 1.3 y a una profundidad de 17.4 kilómetros, coincidiendo este evento con las exploraciones sísmicas costa afuera de gas y petróleo en el departamento, en especial en las costas del referido municipio.
Desde el 01 de junio de 1993, fecha en que iniciaron los registros sísmicos en el país, al 27 de agosto de 2017, se han presentado en el departamento de la Guajira 946 sismos. De estos, han ocurrido 134 en el municipio de Dibulla; es decir, que en aproximadamente tres años y nueve meses los sismos ocurridos en el municipio de Dibulla representan el 14,17% de los ocurridos desde el año 1993. Cabe anotar que en ese mismo último período se han registrado 568 sismos en la Guajira, representando el 60% de los sismos en la Guajira en los veintitrés años y nueve meses de registros sísmicos en el país, afectando a los municipios de Riohacha, Manaure y Uribia. Se puede concluir que las exploraciones sísmicas realizadas en las costas guajiras han despertado en las diferentes placas tectónicas movimientos que han generado los sismos en el departamento. Argumentos estos que soportan la hipótesis de que la explotación de carbón a cielo abierto y las exploraciones sísmicas de gas y petróleo en nuestra Guajira son las causas directas de la sismicidad inducida que se ha venido presentando en el departamento, asunto que debe prestársele urgente atención.
El departamento de la Guajira está afectado por los movimientos de las placas Caribe, Suramericana y la de Panamá, además de las falla de Oca y de Cuisa. Estas placas y fallas presentan unas direcciones de esfuerzos de comprensión entre sí que generan sismicidad, pero al adicionárseles esfuerzos externos como la sísmica en las exploraciones de gas y petróleo inducen a su acelerada actividad, que es lo que ha venido ocurriendo en estos últimos tres años en el departamento, incrementando así el estrés sísmico de la zona. Una actividad sísmica es un movimiento vibratorio producido por la pérdida de estabilidad de masas y según científicos estadounidenses las olas sísmicas producidas por pequeños terremotos incrementan el estrés de manera crítica en las fallas, produciéndose un terremoto de mayores proporciones. Argumentos estos que por su mismo peso hacen veraz esta información.
La acción del hombre sobre la naturaleza ha generado cambios negativos en tan poco tiempo, que la naturaleza necesitará millones de años para su recuperación. El acelerado crecimiento económico de los países desarrollados ha marchado más de prisa que los países que trazan la política para la conservación del medio ambiente, lo cual conduce a un marcado deterioro de la calidad del agua, el aire, el suelo y la calidad de vida del hombre, impactando a tal grado que el planeta se extorsione a los límites de sus posibilidades, al no poder competir al ritmo de las explotaciones. Estos procesos ponen en peligro la vida en la tierra, afrontando la necesidad de rectificar estilos y formas de desarrollo económico, que de continuar su desenfrenado ritmo, amenazan con azotar para siempre recursos inapreciables del patrimonio universal y, lo peor, limitar la existencia humana de las futuras generaciones. No debemos olvidar que la estabilidad de la tierra es fruto del equilibrio y evolución de los diferentes ecosistemas a lo largo de millones de años. Por estas razones se puede concluir que los constantes eventos sísmicos que han venido ocurriendo en el departamento de la Guajira son producto de las permanentes exploraciones sísmicas de gas y petróleo. Por obvias razones seguimos haciéndole el llamado urgente a la ciega dirigencia del departamento de la Guajira y en especial a los municipios de Dibulla, Riohacha, Manaure y Uribia, para ponerle especial atención a esta delicada problemática.