El club verdolaga demostró su grandeza, pero esta vez no fue en un terreno de fútbol, tampoco fue sacando sus trofeos a la grama antes de disputar un cotejo. Nacional sorprendió a propios y a extraños por su solidaridad con las víctimas que iban en ese avión.
Desde que se supo que la aeronave de Chapecoense se había desplomado a tierra, Nacional comenzó a mostrar gestos de solidaridad. Todo esto encabezado por su presidente Juan Carlos De La Cuesta, quien sintió como propia la catástrofe sufrida la noche del 28 de noviembre.
No solamente Nacional se apropió de esta situación, todo Antioquia se conmovió con este siniestro, a su vez, Colombia entera guardó luto por las almas que vieron morir su sueño volando a bordo de un chárter de la aerolínea LaMia.
Nacional hizo público el gesto de entregarle la copa a Chapecoense, en símbolo de humildad y respaldo a los muertos y a sus familias. Posterior a esto, se organizó un homenaje en el Atanasio Girardot, en el que 45mil personas vestidas de blanco, mostraron su apoyo y lloraron a los caídos.
Muestras que fueron elogiadas por el mundo entero, gestos que hicieron ver a Nacional de Medellín como un grande a nivel mundial, no solamente con la pelota en los pies, sino que también en la parte humana. Tanto así que el alcalde de Chapecó, decretó que los brasileños y colombianos ya son hermanos.
El club menos querido de Colombia hizo algo grande, algo que será recordado por siempre. Su solidaridad quedará marcada en una tragedia que enlutó al mundo entero. ¡Grande Nacional!