Como hincha de Nacional es preciso hacer un alto en el camino para valorar de alguna manera la situación actual por la que pasa, no solo el equipo, también la institución. El 2016 fue un año de evidente éxito para el club, donde además de conseguir títulos, se afianzó la marca Atlético Nacional a nivel internacional, se consolidó un equipo técnico y administrativo importante y se fortaleció, aún más, la estructura financiera. Dejando de lado esa cuantía de recursos económicos con los que cuenta Nacional, el escenario para el año 2017 parece la antítesis del año inmediatamente anterior. Si bien el equipo cabalga la liga colombiana, su juego dista en lo técnico y táctico de lo expuesto pocos meses atrás, y esa situación podría tener varias génesis.
Gran parte de este fachoso episodio se empezó a develar con el primer traspié del equipo en la Libertadores, en el que si bien no se pudo avizorar lo que venía, sí permitió evidenciar un rendimiento muy por debajo de lo esperado. El segundo hecho puso de manifiesto un evidente deterioro en el clima al interior de la institución. La salida de De La Cuesta además de sospechosa, por lo incierto de sus causas, evidenció una crisis institucional en el relacionamiento de un equipo de trabajo consolidado, en apariencia, en el desarrollo del año 2016. Esto tal vez agenciado por algunos personajes, que no sabemos a ciencia cierta si le quieren hacer daño al equipo, tal vez no, pero es justo lo que están logrando. El caso es que detrás de esta decisión hay intereses económicos y un juego de cartas políticas que, como se están presentando, le hacen mella a la institución. A todo esto le siguieron dos derrotas más en Copa Libertadores, siendo justamente Atlético Nacional el primer campeón en “defender” el título con tres derrotas seguidas en el certamen continental.
Como el fútbol es de resultados, más aún en este mundo vorazmente comercial, la evaluación del ya otrora ídolo Reinaldo Rueda, está sobre la mesa, porque los resultados a nivel internacional no lo soportan, así como se percibe una pérdida de apoyo desde la dirección institucional del club. Lo anterior a pesar del exitoso año 2016, de su liderato en la Liga 2017-1 y que el equipo juega con un plantel diezmado, por la salida de gran parte de sus baluartes y por reforzarse en enero con peso muerto.