Un reconocida familia de empresarios tulueños dedicados al montaje y promoción de eventos y espectáculos debieron abandonar en las últimas horas la ciudad, presionados por ‘La Oficina’, una de las estructuras criminales que siembran el terror en Tuluá, tras sufrir un segundo atentado en menos de diez días.
El destierro como medida desesperada para salvaguardar la integridad de su núcleo familiar se produjo luego de un enfrentamiento a bala registrado el pasado jueves en el que uno de los miembros de su seguridad diera de baja a uno de los sujetos que llegó armado hasta su vivienda a presionar el pago de la suma exigida.
Como resultado del intercambio de disparos, el cuerpo del presunto extorsionista quedó tendido en el andén de la casa, ubicada en el corregimiento de Nariño, zona rural plana al occidente del municipio de Tuluá, mientras que su acompañante se dio la fuga, siendo capturado minutos después por efectivos de la policía nacional, en la vecina localidad de Riofrío.
De acuerdo con las víctimas, que pidieron omitir su nombre por razones de seguridad, se salvaron porque después de sufrir un primer atentado, diez días atrás, en el que sujetos sin identificar realizaron varios disparos contra su vivienda, aunque nunca contaron con escoltas, se vieron obligados a contratar un esquema de seguridad privada para proteger a sus familias.
Tras la primera incursión armada, los antisociales les hicieron llegar un comunicado en el que los conmina a pagar la extorsión, “... nos hacemos presentes por este medio de forma pacífica y muy respetuosa para aclararles que el motivo de nuestra presencia es que deben de acomodarse con nuestra organización ‘La Oficina de Tuluá’, ya que tenemos conocimiento que llevan mucho tiempo en nuestra ciudad sumando y enriqueciéndose y nunca han sido tocados…”.
En la misiva les aclaran que se tomaron el tiempo para conocer de todos sus negocios, actividades económicas y propiedades, y que debido a ello deben responder con un 10% de sus ingresos, advirtiéndoles que si ignoraban la amenaza pasarían de las palabras a los hechos “contra su integridad y la de su familia… les recordamos que nosotros estamos acostumbrados a guerrear por si llegan a ser parte de protección del Gaula”.
Finalmente, al confirmar que los criminales están dispuestos a cumplir con sus amenazas, y sin condiciones de seguridad para permanecer en el corazón del Valle, toda la familia debió abandonar el municipio, llevando consigo únicamente sus pertenencias personales. “Necesitamos el apoyo del gobierno nacional, a los tulueños no nos pueden dejar solos con esta situación porque es evidente que la problemática superó a las autoridades locales, que dejaron joder el pueblito”, se quejó uno de los afectados.