Soy un colombiano que vive en el extranjero, y me sentía orgulloso del proceso de paz de mi país.Un acuerdo honesto y sincero parecía venir pronto, pero ahora veo que este camino se oscureció.
Con el rompimiento de la tregua unilateral por parte de las Farc, la violencia en las carreteras, los campos y las ciudades se ha recrudecido. Como años atrás las viudas de policías y militares han aumentado y la credibilidad de este "montado" proceso de paz está de un hilo.
Colombianos que vivimos en el exterior estamos muy preocupados por la poca respuesta del presidente Santos que solo se limita a continuar en La Habana este proceso de paz, que parece salir de una novela macondiana, donde ni el Gobierno ni la organización guerrillera están viendo que en el país la escalada de violencia está incrementando así como el dolor de familiares en todo el territorio nacional.
¿Será bueno seguir con este proceso de paz mientras los protagonistas a sus espaldas se cieguen a la realidad que todos los días nos muestra muertos y desplazados? o ¿será mejor la mano fuerte de un Gobierno que imponga el ritmo de las negociaciones y no que el adversario sea el timonel de estas conversaciones que parecen un monólogo propuesto por las fuerzas opositoras de un gobierno destinado a poner en orden los alzamientos en armas de los grupos desalmados que han destruido a Colombia por 50 años?
