Muchas han sido las denuncias contra del régimen sirio del presidente Bashar Al-Assad, debido a los continuos bombardeos hacia su población que encendieron las alarmas de organizaciones internacionales defensoras de Derechos Humanos. El propio presidente negó en ocasiones pasadas que bombas de barril --prohibidas y sancionadas internacionalmente-- fueran arrojadas en varias ciudades y aldeas sirias. Sin embargo, los hechos han comprobado que miles de personas han muerto debido a los ataques llevados a cabo por las fuerzas del gobierno. Los atentados contra de la población siria empezaron a comienzos del 2011 durante la primera árabe, las protestas --incluso las pacificas-- y la búsqueda de un nuevo sistema democrático, fueron rápidamente reprimidas por las fuerzas del ejercito sirio.
Alepo, la ciudad más grande de Siria, ubicada al norte del país , en este momento se encuentra casi despoblada. De los más de 2 millones de habitantes solo quedan alrededor de 300 mil. Alepo sufrió este viernes una lluvia de aproximadamente 20 barriles bomba que dejaron más de 200 muertos y cientos de heridos. Han ocurrido decenas de atentados durante los últimos 5 años y sus pobladores huyen de la muerte, tras tener que vivir bajo la amenaza de grupos yidahistas, especialmente ISIS, o los bombardeos indiscriminados por parte del ejercito oficial. A pesar de que el país se encontraba en una época de treguas y cese al fuego, en las cuales ni Siria, ni su aliado Ruso, ni Estados Unidos y su coalición podrían bombardear áreas civiles, estas han sido violadas y como consecuencia el representante de la ONU, Jon Egeland, advirtió que debido al empeoramiento de la situación interna en Siria, lo que está por vienir podría ser catastrófico.
Rusia se involucró militarmente en el conflicto sirio desde el pasado 30 de septiembre y no permitirá que su aliado sirio sea derrotado, aunque el daño colateral a la población sea inaceptable. Sus bombardeos que según sus voceros van solo dirigidos a bandas terroristas, han aumentado y han perjudicado a un alto porcentaje de la población civil. Lo anterior ha sido calificado por Amnistia Internacional como crímenes de guerra y según fuentes residentes en la ciudad de Alepo que han logrado sobrevivir, ISIS no tiene presencia en su territorio desde hace casi dos años. Además, no hay armamento militar por lo cual se podría estar violando la tregua, que permitía solo atacar en zonas que se encuentren los yidahistas.
Las abismales divisiones políticas, religiosas y económicas que existían en Siria antes de la primavera árabe son claves para entender por qué la revolución falló en este país, de tal manera que ha desembocado en una guerra que parece no tener fin y ha durado más de 5 años. La inflación y la difícil situación económica que padecían gran parte de los sirios y el alto índice de desempleo, fueron claves para seguir el movimiento que se inicio en países como Túnez y Egipto. No se resumía solamente en movimientos terroristas que buscaban derrocar al régimen, como aseguraron fuentes oficiales en determinado momento.
Diferentes actores regionales y extranjeros han estado involucrados, siendo uno de los principales el autodenominado Estado Islámico, que comenzó como una ficha en medio de un ajedrez político de diferentes intereses territoriales. El interés de Arabia Saudita, Turquía y los países del golfo por derrocar al gobierno shiíta de Siria, para poder implementar un gobierno sunita y restar la influencia de Irán en la región, los llevó a financiar durante algunos años a ISIS, hasta que se convirtió en un monstruo imposible de manejar.
Vivir en medio de las luchas entre estos grupos (Frente Al-Nusra, filial de Al-Qaeda y la brigada del Islam) y los bombardeos provenientes del gobierno o extranjeros, los obliga a buscar una manera de sobrevivir aventurándose a los peligros del mar donde ya cientos de miles han muerto en su intento de llegar a Europa. Alepo, la ciudad de la cual provienen las fuerzas de seguridad del Estado, casi se ha convertido en una ciudad en ruinas. Los hospitales también han sido bombardeados y los pacientes más servicio médico han fallecido. Los hospitales que están bajo el mande de grupos terroristas no se pueden utilizar, por lo cual la labor de rescate es cada vez más complicada para organizaciones como Médicos sin Fronteras. Autoridades Rusas negaron el involucramiento de los soviéticos en los bombardeos aereos que dejaron sin vida a más de 200 sirios y a cientos heridos.