“Que América vuelva a ser grande”.
Las campañas presidenciales a nivel mundial, desde el 2012 hasta el momento, se han convertido en un referente de la utilidad política mediática, ya que a través de ellas se desencadenan estudios y análisis del criterio general de la ideología de los candidatos y su relación con las plataformas digitales. Los medios sociales se han convertido en un escenario de la lucha política y es el espacio casi un mundo paralelo de la sociedad civil en el que se construyen prestigios, se ejerce supervisión y control sobre las autoridades y los políticos, mejoran la calidad del debate aumentando la participación política.
Históricamente, el posicionamiento y éxito de algunos presidentes tales como Donald J. Trump en Estados Unidos, Hugo Chávez en Venezuela, Cristina Fernández en Argentina, Enrique Peña Nieto en México y Juan Manuel Santos en Colombia, se debe a la utilidad de estos recursos tecnológicos que permiten ganar presencia, y a su vez, la interacción dinámica de los usuarios participantes del proceso narrativo. Además, resaltando el modelo comunicacional horizontal, en el que los aspirantes (emisores) y seguidores (receptores) ocasionalmente definen líneas confusas, esto planteado por el profesor español Isidro Moreno Sánchez como “lectoautor”. Desde entonces, los medios sociales han sido espacios para la interacción y participación de distintos actores políticos.
El presente artículo analiza los tuits del actual presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, desde el 21 de julio de 2016, época en la que la Convención Nacional Republicana en Cleveland lo reconoció como su candidato, hasta el 8 de noviembre del 2016 que se eligió como presidente.
Análisis de las estrategias discursivas
El diagnóstico inicial de Donald Trump, tras su nominación como candidato a la presidencia de los Estados Unidos, fue identificar una nación en desastre, expresó que: los puentes y carreteras del país se encontraban en deterioro, no había motivación empresarial para la consecución de una economía sostenible y que los aeropuertos presentaban condiciones de países tercermundistas. Con estas situaciones detalladas por el magnate en materia de la capital del mundo, los estadounidenses vieron reflejada la imagen de un Dios y salvador que todo lo podía solucionar, siendo así, su ideología ganó adeptos al mencionar que gran parte de las problemáticas gubernamentales se debían a la mala administración de su predecesor Barack Obama.
El panorama en Twitter no era tan diferente, su perfil en la red social abarcaba fuertes críticas al sistema político del país, describiéndolos como corruptos, es decir, inicialmente la estrategia discursiva adoptada se basó en la polarización, descripción y presentación negativa del núcleo político y la autodenominación de cambio positivo para el país, por supuesto, las comunidades y sociedades que se sentían desplazadas y olvidadas por la administración Obama se sumaron a los fieles votantes que llevaron a Trump a la presidencia.
El pronunciamiento de Trump en Twitter era cada vez más retorico, puesto que aludía a lo que corresponde su eslogan de campaña “que américa vuelva a ser grande”, con esta iniciativa colocaba en contexto cada proyecto exitoso que había logrado como empresario, resaltando sus capacidades administrativas en generación de empleo y bienestar social, acción que se suma a su estrategia discursiva.
“Yo he generado diez mil empleos”, trinado el 2 de octubre de 2016; y “Generaré veinticinco millones de empleos cuando sea presidente”, trinado el 20 de octubre de 2016. Es decir, Obama agravó la economía del país y Trump solucionará esa problemática.
El mayor atractivo del magnate eran los ciudadanos estadounidenses, no los inmigrantes que representaban problemas para la economía del país y que llevarían problemas a Estados Unidos, iniciativa que apoya su competencia directa Hillary Clinton, por lo que, una vez más acudió a la estrategia discursiva de la polarización y denominación negativa de los otros. “La beneficencia de Clinton obtuvo hasta $56 millones de naciones que eran antimujeres gays”, trinado el 29 de octubre de 2016.
La victimización también hizo parte de sus recursos para la solidificación de su discurso político, él era la víctima de los medios que lo trataban de invisibilizar y difundir calumnias sobre su persona. “Mi lucha no es únicamente contra Hillary, también estoy luchando contra los medios corruptos y deshonestos y su proceso de protección del gobierno”, trinado el 12 de agosto de 2016.
La marca personal Trump posicionó su candidatura con su lenguaje ofensivo y sin rodeos para denominar el oficio de sus opositores o las ideologías diferentes a las suyas. No obstante, en el análisis de la estructura de los tuits que Donald Trump decidió retuitear consistían en trinos de personalidades y fanáticos que enaltecían su imagen frente a la campaña, y también a aquellos perfiles que estaban en contra de sus opositores como Clinton. Se identificaron dentro los tipos de usuarios retuiteados a políticos, medios de comunicación, artistas famosos, familiares y también instituciones, por otra parte, en cuanto a los recursos multimedia, la mayoría corresponden a fotografías y videos en campaña, fanáticos de Trump entre ellos celebridades, y también encuestas e infografías relacionadas a datos y cifras de situaciones correspondientes a su campaña política, mientras que los videos de acuerdo a la muestra seleccionada para este análisis, corresponden a discursos públicos, debates políticos y críticas contra Hilary Clinton y Barack Obama por parte de medios de comunicación. En definitiva, Trump utilizó su experiencia como personalidad de la televisión para ganar adeptos y fidelizarlos a su campaña, mostrándose como el redentor, como la solución a las problemáticas sociales, políticas y económicas de país, emitiendo un mensaje ofensivo que respaldó en Twitter y en los que se autodenomina como carismático y exitoso.
Conclusiones y comentarios
Tras analizar el perfil en Twitter de Donald J. Trump, se puede identificar que es uno de los canales predilectos del actual presidente para comunicarse con sus seguidores, expresarse y manifestar sus inconformidades. Además de esto, se evidencia cómo transformó la red social en un instrumento de poder potencialmente para su campaña política en 2016, acción que no ha hecho ningún presidente de EE.UU. Por otra parte, la muestra que se escogió para el estudio discursivo, compuesta por los trinos de la cuenta @realDonaldTrump en el periodo de candidato a la presidencia de Estados Unidos de América, permite analizar el lenguaje empleado, el cual se asocia con palabras que infunden: miedo, enojo, tristeza y arrogancia, siendo así, una fuente directa de conflicto y controversia.
Atacar ha sido la acción más notable del magnate como sucede actualmente con su contrincante Joe Biden, aunque la mitad de sus trinos sean destinados a alabarse así mismo, esto compone sus estrategias discursivas para el posicionamiento. En efecto, es un punto bastante abismal y desleal para sus seguidores y contrincantes, de esta forma, si la campaña política de Trump se basara únicamente en Twitter, el eslogan “que América vuelva a ser grande” lo cambiaría por “que América vuelva a odiar”.
