Si el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fuera declarado culpable de espionaje y extraditado a EE.UU., sería enviado a la prisión federal de máxima seguridad ADX Florence en Colorado, según lo ha declarado este martes ante el tribunal penal Old Bailey, en Londres, Maureen Baird, exdirectora del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York. Según explicó, el activista tendría que estar “casi muriéndose” para ser enviado a otra instalación.
Baird advirtió de que Assange, probablemente, afrontaría las condiciones carcelarias más onerosas que puede imponer EE.UU., que podrían conducir a una variedad de problemas de salud mental, incluida la ansiedad y la paranoia. “Por mi experiencia, de casi tres décadas de trabajo en prisiones federales, estoy de acuerdo en que el aislamiento a largo plazo puede tener efectos negativos graves en la salud mental de un recluso”, aseguró
Baird explicó que si el activista es extraditado, probablemente sería detenido bajo medidas administrativas especiales, tanto en detención preventiva como después de cualquier condena, debido a preocupaciones de seguridad nacional. Bajo estas medidas —que quedan a discreción del fiscal general de EE.UU. y que han sido utilizadas contra terroristas convictos— los reclusos pasan casi todo el día confinados en sus celdas sin contacto con otros presos y con poco contacto con el mundo exterior.
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