La ninfa Egeria fue un caso típico de “mujer detrás del trono”, de “eminencia gris”, de “consejera del gobernante” del segundo rey de Roma, Numa Pompilio. Aspasia de Mileto lo fue del gran Pericles, considerado la figura principal de la democracia en Atenas. Ella jugó un papel fundamental en el nacimiento de la emancipación de la mujer gracias a su inteligencia, poder de seducción intelectual, capacidad de comunicación, persuasión e influencia. Aspasia es un caso único de mujer liberada de las costumbres de las atenienses de su época, dedicadas solo a labores domésticas y a servir a sus maridos.
Los talentos de Aspasia fueron celebrados por los cerebros más destacados de la Antigüedad griega, entre ellos Platón, Jenofonte, Plutarco o Cicerón. Varios historiadores le atribuyen haber inspirado a Pericles el famoso Discurso fúnebre en honor de los héroes caídos en combate, tal vez la más hermosa pieza de defensa de la democracia de todos los tiempos, y cuya inspiración se le atribuye a Aspasia. El rol de la bella milesia fue muy importante para la inspiración de los movimientos feministas de todos los tiempos. No obstante, hoy en día se impone superarlo con la realización de una plena igualdad entre los géneros. (Ver: https://www.las2orillas.co/las-egerias-del-poder/).
Breve biografía de Aspasia de Mileto
Nació Aspasia hacia el 470 a. C. en el seno de la rica e influyente familia de Axíoco de Mileto, ciudad griega del Asia Menor, hoy Aydin, Turquía. En esta polis las niñas iban a la escuela pública al lado de los varones, porque las costumbres eran más libres y avanzadas que las de la propia Atenas. En esta desconcertó a sus habitantes, siendo calificada de “hetera” por asistir a los banquetes de hombres, en los que conversaba en pie de igualdad con filósofos, literatos, retóricos y similares. Otra “tacha” que le hacían era que leía a Pitágoras. Pero se le reconocía ser experta en retórica, logógrafo y pedagoga y como Egeria. Y como la ninfa, Aspasia también fue científica y médico terapeuta en obstetricia, ginecología y cirugía de hernias del útero.
El nombre de Aspasia puede derivar del verbo aspáxomai, que significa acoger cariñosamente, saludar, abrazar, besar y amar. Goces físicos e intelectuales de los que disfrutó Pericles en abundancia a partir el año 445 a. C. Tenía él 45 años, y ella, 20. La pareja solo tuvo un hijo por el 440 a. C., el joven Pericles, futuro general que moriría ejecutado en 406 tras la Batalla de Arginusas. Muerto Pericles en 429 a. C., Aspasia se iría a vivir con Lisicles, fallecido en el 427 a. C. Desde ese momento, Aspasia salió de la vida pública.
Breve biografía de Pericles (495-429 a. C.), el más grande de los atenienses
Nacido en Atenas, sus contemporáneos lo llamaron el Olímpico debido a su persuasiva y potente voz. También por haber sido político, militar, abogado, magistrado, orador y gran estadista que de 469 a 429 a. C. estuviera muy activo. Participó en la Guerra del Peloponeso. Su nombre significa "rodeado de gloria" y gracias a él, Atenas vivió su edad de oro entre las guerras médicas y las del Peloponeso. Agaristé, su madre, pertenecía a la prestigiosa dinastía de los alcmeónidas y era sobrina del gran legislador Clístenes. Jantipo, el padre, fue general vencedor de los persas.
Antes del parto Agaristé había soñado que daría a luz un león, símbolo de grandeza. Pericles murió a causa de la plaga de Atenas. Su segunda esposa o compañera permanente hasta 445 a. C. fue Aspasia de Mileto.
La grandeza de la Grecia de Pericles y Aspasia
Es el periodo llamado “clásico” debido a los avances de los conocimientos filosóficos y científicos, de la arquitectura, la estatuaria, del drama y la comedia. Grecia es llamada desde entonces "Cuna de la civilización" de la cultura occidental. La conquista romana detuvo este desarrollo, pero el conquistador terminaría siendo conquistado por una cultura que se había iniciado desde el año 1000 a. C. por grupos jonios y los Pueblos del Mar. El auge del comercio y la moneda en los intercambios comerciales, así como la creación de colonias comerciales, hicieron del Mediterráneo un lago griego. Es la Talasocracia, el punto de apoyo de la gloria del gran Strategos.
La intelectualidad de la cultura griega
Fue impulsada por Homero al hacer del idioma indoeuropeo de los helénicos, la lengua de la península y del mar Egeo. A partir de ese momento irradian la cultura, las ideas y el sentido del progreso de Hélade por obra de grandes pensadores y literatos ávidos de encontrar la belleza absoluta. Todos ellos facilitarían el surgimiento de los conceptos de ciudadanía y de ciudad-estado, así como las categorías de los estamentos gobernantes. Pericles y Aspasia alternarían con esta pléyade de hombres ilustres.
El siglo de Pericles
Tucídides vio en el esplendor iniciado desde el 444 a. C. la época de Pericles. A él lo llamó el “primer ciudadano de Atenas”, por haber extendido la ciudadanía ateniense y por haber hecho poderosa la Liga de Delos. Bajo su égida se construyeron la Acrópolis, el Partenón, los Propileos y las Murallas. Aumentó tanto la población urbana como los artesanos. No hay desempleo, se explotan nuevas minas y nace una especie de sistema bancario. El pueblo apoya a Pericles, sin populismos. Atenas irradia como la Escuela de Grecia. La intelectualidad lo apoya con entusiasmo.
El “Círculo de Pericles” (o ¿de Aspasia?)
Pericles estudió el racionalismo filosófico de Anaxágoras de Clazómenes y disfruta las ideas de Zenón de Elea, Protágoras y Pitágoras. Se hace amigo íntimo del escultor Fidias, del urbanista Hipódamo de Mileto y del historiador Heródoto. A pedido de Aspasia y como medio de educar al pueblo, apoya el teatro de Sófocles y Eurípides. Financia el círculo de intelectuales que aglutina, Aspasia de Mileto. Damón y Pitocleides le enseñan el arte de la música. Consciente de que para gobernar bien es importante saber de filosofía, de Anaxágoras aprende la necesidad de dominar las emociones mediante la calma y el autocontrol frente a las circunstancias y clivajes de la política.
El “Círculo de Aspasia” (o ¿de Pericles?)
Aspasia, mujer racionalista y poco dada a lo sobrenatural, protege a Protágoras. En una especie de “salón” literario logra reunir a los más ilustres pensadores de su época y con ellos filosofa con propiedad. Lo que aprende y lo que enseña se dice que sirvió para inspirar en Pericles la redacción de sus discursos. Sócrates y Platón la ven como una “maestra”. Platón cuenta que fue alumna de Sócrates y que fue ella la mujer que lo condujo a entender la necesidad de la igualdad entre el varón y la mujer. Afirma Sócrates que ella maravillaba a los hombres con su elocuencia y agrega que “no solo era la más hermosa de las mujeres, sino también una mujer de inteligencia y de carácter, encanto y ternura, a quien mucho le deben las mujeres de Atenas”.
Pericles y Aspasia instalan la democracia en Atenas
En el 462 a. C. suprimen o morigeran el poder del Areópago y colaboran en el buen funcionamiento del Consejo de los Quinientos. Logran que el pueblo asista con entusiasmo a la Asamblea. Afianzan el jurado popular y piden que la ocupación de los cargos públicos sea por sorteo entre los ciudadanos mayores de 30 años y por poco tiempo, con un lapso posterior de inhabilidad temporal. A los cargos les asignan un estipendio, la mistoforia. Todo esto inicia los grandes debates públicos, facilitados por el cultivo de las siete artes clásicas, en especial de la lógica y la oratoria argumentativa de avanzada. Eclosiona en el Ágora una ciudadanía activa e ilustrada. Pericles y Aspasia (a diferencia de Esparta) han formado un pueblo de ciudadanos y no solo de guerreros. Celosa, Esparta inicia las guerras.
Pericles venció en dos guerras y fue atacado a través de Aspasia
En el 440 a. C. Mileto, ya próxima a la derrota en su guerra contra la isla de Samos, acude ante Atenas para que arbitre el conflicto. Samos no acepta y Pericles toma partido por Mileto. Vendrá una cruenta batalla naval. Atenas sale vencedora. Pero Samos reincide y Pericles la sitia durante ocho largos meses. Se molestan los marinos atenienses ante la larga duración del sitio. Los enemigos de Pericles afirman que esta larga y costosa guerra ha sido inspirada por Aspasia de Mileto. Más tarde Pericles vencerá a Beocia en triunfo algo “pírrico”, dado que las bajas de soldados ateniense son numerosas. Regresa a Atenas con cientos de cadáveres. En honor de estos héroes pronuncia el famoso 'Discurso Fúnebre en honor a los soldados muerto en combate', considerado la pieza maestra de la oratoria de todos los tiempos y el mejor canto a la democracia. Algunos expertos afirman que fue inspirado por Aspasia.
Pericles y la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a. C.)
Son dos los formidables contendientes: La Liga de Delos-Atenas y la Liga del Peloponeso-Esparta. Delos, con 32.000 hombres comandados por Pericles, Cleón, Nicias y Alcibíades, tendrá grandes bajas y heridos. Con 32.000 hombres, Esparta tendrá menos bajas y heridos. Es casi una pequeña guerra mundial de la época, desarrollada simultáneamente en la Grecia continental, el Asia Menor y Sicilia. El triunfo es de Esparta. La Liga de Delos es disuelta. Aspasia no deja caer a Pericles en el pesimismo. Le insufla la fuerza de su carácter.
Pericles, admirado por los demócratas y perseguido por los conservadores
Fueron varios los ataques personales directos a Pericles, casi siempre iniciados por las facciones conservadoras. Otros ataques se dieron por la vía judicial, dirigidos contra su gran amigo Fidias o contra Aspasia. Al primero lo acusan de apropiación indebida de fondos públicos y muere en prisión. Anaxágoras, es igualmente atacado por sus creencias religiosas. El sicofante Menón testifica en vano contra Pericles, sale absuelto. Empero, el blanco predilecto de los conservadores es siempre Aspasia.
Las acusaciones contra Aspasia van también contra Pericles
Aspasia, la "egeria" de Pericles, su consejera, la mujer detrás del trono, es acusada de corromper a las mujeres de Atenas para satisfacer las perversiones de Pericles. Le endilgan ser una hetaira culta, inteligente, dadora de ideas políticas y consejos de gobierno a Pericles. Le enrostran ser dueña de un burdel. La tratan de cortesana. La llaman “hetera” o dama de compañía. En Atenas las heteras eran mujeres de clase alta, bellas, cultas, inteligentes, pudientes (pagaban impuestos), liberadas e influyentes en la vida social. Eran vistas por los conservadores como “peligrosas” para los jóvenes atenienses, solteros o casados.
Los ataques de Aristófanes y otros conservadores contra Aspasia son crueles
Escribe el comediante en Los Acarnienses: "Pero hasta aquí el mal no ha sido serio, y nosotros hemos sido las únicas víctimas. Pero ahora unos jóvenes borrachos van a Megara y se llevan a la cortesana Simaetha; los megarenses, por su parte, corren a su vez a llevarse a dos prostitutas de la casa de Aspasia; así que por estas tres putas Grecia estalla en llamas". Agrega que ella (mujer libre e independiente) es la caprichosa inspiradora de la política exterior de Pericles. En su turno, Hermipo la acusa más tarde en dos procesos por el cargo de "ofensas a los dioses" y de “licenciosa”. Plutarco la compara con Targelia, una hetera jónica que se había casado catorce veces y era muy influyente. Otros enemigos de Pericles la acusan de llevarle “mujeres libres” para sus aventuras eróticas. La libertad de opinión de la democracia ateniense permitía estos ataques.
Platón, ambiguo frente a la gloria de Pericles y algo celoso, lo crítica
Dudaba el filósofo entre alabarlo o criticarlo. No se sabe si con admiración hacia Aspasia o para demeritar a Pericles le atribuye a su compañera la autoría del Discurso fúnebre. También ataca la veneración que le profesaban los gobernados y el título de "Olímpico" que le habían dado y, con sorna, se refiere a que dizque “era portador de las armas de Zeus en sus discursos”. Platón, no hay que olvidarlo, jamás fue afortunado como gobernante. En cambio, Quintiliano sí es generoso con Pericles orador.
Los demócratas defienden a Aspasia de los ataques de los conservadores
Rechazan, por ejemplo, que hubiese sido comparada en la comedia con Ónfale —la dominadora de hombres—, como dominado estaba según ellos Pericles. También la comparan con Hera, la celosa y posesiva diosa del matriarcado; y con Deyanira, la celosa devoradora de hombres. Como Helena —la causante de la Guerra de Troya—, ven en Aspasia la causante de la Guerra con Samos. Mas, sin arredrarse, los defensores de la pareja anotan que Aspasia era libre por no ser casada y en esta condición podía participar en la vida pública de la ciudad. Entonces, contra viento y marea Pericles sigue al lado de mujer tan “sabia y astuta” (Plutarco) a quien los atenienses cultos le llevaban sus esposas para que las preparase en intelecto.
Pericles siempre defiende a Aspasia en los tribunales
Logra su absolución. El verbo de Pericles hace la tarea frente a acusaciones a veces ridículas. Por ejemplo, un Plutarco escribe: “la amó en exceso” y se dejó seducir en demasía por "su rara sabiduría política" y por la grave “falta” de que ella le dictase sus discursos. Otros se van por la crítica al divorcio y la unión de hecho con Aspasia. Hasta Jantipo, su propio hijo, ansioso de hacer política, lo censuró públicamente. Sin embargo, en estrados Pericles saca a relucir sus mejores dotes de orador y hombre político para lograr siempre la absolución. Cuenta Plutarco —citando a Esquines—, que Pericles "vertió por ella muchas lágrimas, haciendo súplicas a los jueces".
El Joven Pericles es convertido en ciudadano y heredero de su padre
Una ley de 451 a. C. impedía que su hijo con Aspasia, que tenía sangre ateniense solo por su padre, deviniese en ciudadano y heredero legítimo. Por respeto al Strategos, el demos cambia la ley, que había sido propuesta por el propio Pericles. La furia de los conservadores no demora en aparecer y se convierte en motivo de nuevos ataques a toda la familia. En especial se enfilan baterías contra Aspasia, una librepensadora que los incomodaba y hacía rabiar.
Aspasia rompe los moldes culturales machistas de su época
Al igual que la diosa Hestia, la mujer ateniense solo debía ocuparse del cuidado de la casa y del marido. Confinadas al gineceo, era poco lo que se cultivaban. El patriarcado era casi absoluto. Pero, en Atenas existían ciertas mujeres libres, cultas, no prostitutas o concubinas e independientes que ejercían su influencia en los círculos intelectuales y políticos. Eran vistas como “peligrosas” y se les colgaba el epíteto de “heteras”. Aspasia perteneció o estimuló a este grupo de mujeres de élite intelectual y puso a rabiar al sexismo de los conservadores.
Zenón de Elea impulsa el sexismo, Aspasia se opone
Afirma este filósofo que el genio es aristocrático, discriminador, radiante, majestuoso, espiritual y selectivo, y abjura de todo lo que es mediocre, plebeyo y mundano. El genio, agrega, es solo masculino, luego aristocrático, “…ya que la aristocracia del alma es puramente masculina y nunca femenina, pues esta se dedica únicamente a los asuntos insignificantes y a las trivialidades carentes de sentido”. Concluye que si la nación se salva es porque se rige por el principio masculino. Contra todo esto naturalmente se opone el pensamiento de Aspasia, y así lo expresa en público y privado.
El dolor se ensaña sobre Pericles
En el año de 429 a. C. Pericles conoce la tragedia: la muerte por epidemia en solo cuatro días de sus dos hijos legítimos Jantipo y Paralos nacidos de su primera esposa. También muere una de sus hermanas. Ni Aspasia puede consolarlo. Pese a tanto dolor, Pericles mantiene el rostro sereno ante su pueblo, guiándolo con elocuentes palabras de aliento y esperanza, como un "Olímpico". Nuevamente es elegido Estrategos y recibe el mando militar con el apoyo de todas las instituciones atenienses. En su rendición de cuentas al finalizar sus mandatos, siempre sale airoso.
Muerte de Pericles
La epidemia que asola Atenas en el otoño de 429 a. C. se lleva a Pericles. Amigos y conocidos con dolor profundo loan sus virtudes en paz y guerra. Ha recibido el noveno trofeo militar. Todavía consciente en su lecho de enfermo, les recuerda que su mayor y más importante título para ser admirado, es el de “que ningún ateniense vivo jamás ha tenido que llevar luto por mi culpa”. El cortejo fúnebre es seguido por multitudes de atenienses agradecidos. Aspasia —como Egeria con Numa—, llora desconsoladamente. Ha quedado como presa de caza de sus enemigos. Lisicles llegaría a desposarla para protegerla.
Pericles fue un hábil político
El juicio histórico sobre Pericles le es muy favorable en su calidad de hombre político siempre recto, en medio de políticos poco claros; igualmente de militar casi siempre exitoso, de orador sin rival en el empleo del verbo razonante. Jamás ha sido tildado —con razón— de “populista”. Tampoco de “halcón”. Pericles siempre trató de ser conciliador cuando hubo que serlo. Nunca aceptó “dejarse llevar por los deseos de la multitud” (Tucídides). Honesto con el erario y exitoso en los negocios propios. Con Aspasia orientándolo.
La técnica de gobierno de Pericles era muy hábil
Parecía estar guiada por principios calcados del Aikido: Usar el poder del enemigo contra él mismo; emplear aquello en lo que se es competitivo para neutralizar al enemigo; negar el éxito del enemigo; desgastarlo en el plano internacional; debilitarlo en su propio medio interno. Admirativo Aristóteles de este arte, escribió que hombres como Pericles "…son capaces de ver lo que es bueno para ellos y para los hombres que gobiernan". En guerra y paz, Pericles gozó del apoyo de su pueblo. En esto contribuyó mucho la inteligencia de Aspasia.
La herencia democrática de Pericles
El legado de Pericles es notable. En lo cultural, lo arquitectónico y el mecenazgo literario. La Atenas que contribuyó a construir permanece en su gloria. Dejó la Acrópolis como símbolo de una Atenas diferente a sus vecinas, detenidas en el guerrerismo. Gracias a Pericles, en buena parte la cultura occidental se dio y hoy en día es faro de luz y racionalidad. La libertad de expresión campeó en esa Atenas y Pericles —que la sufrió— es visto como el más grande de los demócratas de toda la Antigüedad. Tanto que su Discurso fúnebre es hoy en día sinónimo de la lucha por la democracia participativa, el orgullo cívico y eso que posteriormente sería llamado el Estado de derecho. Empero, como a Pericles se le sitúa siempre al lado de Aspasia, a ella debe dársele también mucha parte de esa gloria.
Muerte de Aspasia
Tras la muerte de su segundo marido, es poca la información que se tiene de Aspasia. Se cree que se retiró de la vida pública en una casa de campo donde daba lecciones a jóvenes alumnas hetairas con el objetivo de transmitir sus conocimientos, en una Academia de Elocuencia y Arte Amatorio cuya mejor alumna dicen que fue Lais de Corinto, la mujer más bella de su época. Se desconoce la fecha de su muerte, que probablemente aconteció en torno al año 400.
Aspasia hizo figura de feminista en pleno siglo V a. C.
Nunca se adaptó al rol tradicional de la mujer ateniense de “ama de casa” o de confinada “sombra de su esposo”. La “Medea” de Eurípides y la “Lisístrata” de Aristófanes señalan —en tono de crítica— cómo con ella el movimiento emancipador de las mujeres atenienses se fue desarrollando gracias a que Aspasia invitaba a las mujeres a hacer crecer sin complejos de inferioridad todas sus potencialidades intelectuales, físicas y sexuales. Es claro entonces que ella representó un papel fundamental en el nacimiento de la emancipación de la mujer, continuando el papel que Egeria había desempañado con el rey Numa de Roma. Por segunda vez se había anticipado el papel de lo femenino en la historia. ¿Cómo vio la Antigüedad a Aspasia y cómo la posteridad? Analizar el juicio histórico se impone.
Juicio histórico sobre Aspasia de la Antigüedad
Aspasia de Mileto fue percibida por la Antigüedad como una mujer seductora e inteligente, de gran capacidad de persuasión y raciocinio. Una mujer libre, de ideas avanzadas que logró ser influyente y notable. Su inteligencia, capacidad retórica, poder de seducción intelectual fue loada por Platón, Jenofonte, Plutarco y Cicerón. Sócrates recomendó seguir sus consejos a Critobulo, hijo de Critón. Esquines socrático dijo que ella fue un “Sócrates femenino”. Luciano de Samósata la considera “modelo de sabiduría”, y ensalza “su sabiduría política y su visión, su agilidad de mente y su penetración”. Ateneo afirmó que Pericles suplicó por ella frente a los cargos de impiedad, derramando más lágrimas que cuando su vida y sus propiedades se encontraron en peligro.
Juicio histórico sobre Aspasia de la era Moderna
En términos generales convergen varios autores en decir que fue una mujer libre, buena esposa —o amante— de Pericles, de noble origen, y una figura clave en la historia intelectual de la Atenas del siglo V a.C. Otros analistas afirman que fue una combinación entre cortesana y prostituta, de hetera. Posición que es rechazada por otros estudiosos que consideran injusto el proceso contra Aspasia y también el ensañamiento contra ella de los autores cómicos. La especie de que Pericles fue un Heracles dominado por una Ónfale es vista como ligera porque ella es percibida como su complemento, rol en el superó a la propia Safo al sacar a las atenienses del gineceo, como lo afirma Simone de Beauvoir: “En Aspasia, en Friné, en Lais, se afirma la superioridad de la mujer liberada sobre la honrada madre de familia”.
Aspasia ha servido de modelo en la literatura moderna
Por su historia de amor con Pericles, varios afamados novelistas y poetas modernos, sobre todo los de la escuela del romanticismo del siglo XIX y de la novelística histórica del siglo XX, han tomado a Aspasia como modelo para sus obras, destacando su rol de “egeria” de Pericles y de docente de Sócrates en el arte de amar y de seducir por la inteligencia femenina. También por haber hecho de Pericles un hombre político de éxito y respetado y por ser un símbolo del feminismo de todos los tiempos. Junto a Pericles, es vista como el modelo de la clásica pareja romántica.
Representación de Aspasia en el arte de la pintura
Si Aspasia fue descrita con admiración en las letras, la pintura no se quedó atrás si se tiene en cuenta que fueron muchos los pintores que la representaron en alguna de sus obras como Jean-Léon Gérôme, Héctor Leroux, Marie Bouliard, Lawrence Alma Tadema, Michel Corneille y Nicolas André Monsiau.
Si el nombre de Egeria estuvo vinculado estrechamente a la fama y gloria del rey Numa de Roma, el de Aspasia siempre lo estará a la gloria de Pericles. Juntas jugaron un rol importantísimo en la formación del feminismo de todos los tiempos y entre ellas se dan muchas coincidencias y méritos. No obstante, el rol de “poder detrás del trono” del gobernante hay que superarlo procurando la perfecta igualdad entre los géneros.
De Aspasia se podrían retener muchas obras en favor de la mujer, del feminismo naciente y del actual. En próxima Nota Ciudadana retendremos su aporte al canto más bello de todos los tiempos a la democracia, el “Discurso fúnebre de Pericles en honor a los héroes caídos en combate”. De lectura obligada, en épocas preelectorales.