En junio del 2023, aprovechando la para por vacaciones que tiene la Liga Inglesa, Luis Díaz aprovechó para venir a Colombia, sobre todo para ir a la ciudad de donde sus papás están enamorados, Barrancas en La Guajira. No hay poder humano que los saque de allí. Su hijos les ha hablado de ponerlos a vivir en el barrio Golf de Barranquilla o llevarlos con el a los tranquilos suburbios de Liverpool. Así que, con las alforjas llenas por su contrato con el club inglés, Luis decidió regalarles una casa en Barrancas, el pueblo donde nacieron.
A finales de noviembre del año pasado viajamos hasta el barrio Lleras de esta ciudad. Era fácil reconocer la casa donde creció Díaz. Está frente a una cancha que construyó la administración municipal y al frente de ella, además de tener un muro donde se ve la efigie del goleador, está siempre Jacob Díaz, un contador público jubilado que fue su abuelo y que jamás dejó que Luchito y su familia pasó hambre. Ahí, frente a esa cancha, e incluso usando la calle, montando pedazos de ladrillos para simular arco, el ídolo del Liverpool se fue formando. Su papá, quien en este momento está secuestrado, vivió su vida en este lugar de la Guajira. Luis Manuel Díaz arrancó siendo minero en el Cerrejón, la mina de carbón que circunda a la ciudad y de donde sale buena parte del trabajo que se tiene en este lugar, donde también es Kiko Gómez, el ex gobernador Guajiro condenado a 51 años de cárcel por homicidio. Con lo que ganó en el Cerrejón pudo montar una escuela de fútbol que aún sostiene y es donde salió Lucho.
La mamá del futbolista, Cilenis Marulanda, se dedica a labores de hogar. La noticia le llegó al futbolista en la madrugada del domingo en Inglaterra. Los papás del futbolista estaban en una camioneta y pararon a tanquearla en el sector de Olivos, en Barrancas, cuando fueron interceptados por dos hombres que los obligaron a subirse a otro vehículo. A penas se supo la noticia se establecieron dos puestos de control. En uno de ellos lograron rescatar a Cinelis Marulanda. En cambio, su papá, sigue en poder de los secuestradores. Hasta el momento no se sabe qué están pidiendo los secuestradores.
Don Jacob, el abuelo, está desde su casa en el barrio Lleras esperando impaciente en una mecedora. Al frente suyo está la cancha que alguna vez fue de tierra pero que ahora la alcaldía mando convertir en una de esas sintéticas. Don Jacob fue el hombre que sacó adelante la familia. Le dio un cuarto a su hijo Luis Manuel para que estuviera con Cilenis y viera crecer a su hijo quien además jugaba en la cancha aledaña. Estaba feliz porque el éxito no los cambió y buscaban seguir viviendo en el pueblo donde los vio nacer. Ahora saben que esto cambiará. La casa en Barrancas, la que Lucho recién compró en junio, ni siquiera se ha estrenado. Esa casa, como toda la familia, espera a don Luis Manuel que llegue sano y salvo.