Cumpliendo con la misión evangelizadora, llega en el año de 1950 el sacerdote y arquitecto español,
José Gómez al corregimiento de Zapatosa, Cesar.
El cura, al darse cuenta del espíritu religioso que caracterizan a los habitantes de esta població
n, quienes se congregaban años atrás en una pequeña casa construida con paredes de bahareque, barro y su techo de palma, decidió como gesto de agradecimiento a los zapatoseros por aceptarlo y brindarle apoyo, confianza y cariño, construir una iglesia de material con el estilo y modelo arquitectónico de su país.
El sacerdote reunió a los residentes de Zapatosa para manifestarle su propuesta, la cual fue aceptada enseguida por ellos.
El arquitecto Gómez, al ver que los fieles aceptaron la magnifica propuesta, emprendió manos a la obra reuniendose con la señora, Ana Raquel Pedrozo, quien le dió la dirección de empezar los cimientos del nuevo templo. Pedrozo era la matrona del pueblo en esa época.
A partir de aquel año se inició la construcción de la iglesia católica con arquitectura española, destacándose en América por sus grandes arcos, enormes columnas y dos torres con grandes campanarios.
Transcurridos los años, llega a Zapatosa el sacerdote, pero de origen colombiano, Gregorio Salazar Páez. Por su sencillez, carisma y amabilidad se ganó el cariño y afecto de los zapatoceros.
Preocupado también por el bienestar del pueblo y de la iglesia, el padre “Goyo”, como cariñosamente lo empezaron a llamar, reunió a la comunidad para trabajar en equipo y sacar adelante el templo, cuya construcción quedó inconclusa porque al padre Gómez no le alcanzó la vida.
De inmediato, el cura “Goyo" creó el grupo E.P.A.P con los fieles.
Las diversas actividades como rifas, venta de almuerzos, bailes, entre otros, no se hicieron esperar. Con el dinero recaudado, con las ayudas económicas y en especies que aportaban los tenderos, ganaderos y la comunidad en general, se empezó a construir la casa cural de la iglesia nuestra señora del Carmen. El emblemático templo recibe este nombre en honor a la patrona de zapatoseros, la Virgen del Carmen, cuyas festividades se realizan del 14 al 17 de julio cada año.
El padre Salazar, fue trasladado para otra población, y la construcción de la casa cural quedó sin terminar.
Pasados los años, la majestuosa iglesia quedó en el olvido. Sus paredes, techos, imágenes religiosas y el altar se debilitaron. Los feligreses preocupados por no dejar perder esta herencia española que les dejó el padre José Gómez, decidieron acudir de nuevo a los bazares, rifas y otras actividades para recuperarla, con el apoyo del sacerdote Marlon Torrado.
Procedente de la parroquia San José de Tunumá, del municipio de Pailitas, Cesar, llega a Zapatosa el vicario Marlon Torrado natural de Abrego, Norte de Santander en el año 2021.
Enamorado de este corregimiento y de la hospitalidad de sus habitantes, animó a los integrantes del grupo pastoral de la iglesia, integrado por mujeres y hombres de la comunidad para sacar adelante el proyecto de remodelación y recuperación de la misma.
Una de esas mujeres es la docente de Preescolar, Nayibe Cárdenas Portillo, quien se mostró entusiasmada por dicho proyecto. Ella, en conjunto con sus compañeros deciden emprender con alegría y gozo la tarea de trabajar ardua y berracamente por el interés propio de nuestro patrimonio arquitectónico español, realizando las anteriores actividades mencionadas para recolectar fondos económicos e invertirlos en la obra.
A fines del 2020, se dio inicio poco a poco la restauración del templo, y al año siguiente el trabajo llegó a su fin, dejando como resultado la capilla remodelada, los pisos embaldosados que poseen doce cruces dibujadas que representan los doce Apóstoles.
Gracias al esfuerzo, al aporte y a la dedicación que tuvieron la profesora Nayibe Cárdenas, los demás integrantes del grupo pastoral, algunos habitantes y a las personas que colaboraron adquiriendo los productos de las distintas actividades y en especial al religioso Torrado, hoy la iglesia
católica de Zapatosa, Cesar, luce bella y moderna con un aspecto citadino agradable para ir en familia a orarle a Dios, pidiéndole en nombre de Jesucristo que siga bendiciendo a mi Zapatosa del alma, todos sus habitantes y al padre Marlon, quien es hijo natural de Abrego, pero zapatosero de corazón.
El próximo proyecto que los feligreses con el respaldo del padre Marlon, tienen para ejecutar, es concluir la construcción de la casa cural y restaurar los campanarios.
En estos momentos las nuevas bancas para la iglesia están siendo laboradas.
“Pedimos la colaboración de nuestros amigos, familias, conocidos y de personas dadidosas, que nos colaboren apoyándonos con las actividades que hacemos y con la donación de bancas”, sostuvo la profesora Nayibe Cárdenas en nombre del grupo pastoral para restaurar en su totalidad nuestra iglesia.
¡La unión hace la fuerza!