Se han cumplido 20 años del nuevo siglo, la globalización nos agobia y con ella también el exceso de información: una con respaldo profesional y otra sin el más mínimo cuidado. Ahora todos se creen periodistas solo por el hecho de tener la capacidad de redactar una noticia o cualquier género periodístico, aunque debo reconocer que hay personas que por su talante investigativo y su carácter para sobrellevar situaciones en este mundo salvaje de la información son de verdad unos verdaderos periodistas, más allá de tener o no el título universitario.
Ante esta coyuntura, la cual es casi imparable, hay que hacer unas divisiones, entre esas la vieja y nueva generación del periodismo, pues más allá de cada uno tenga un estilo, hay una dinámica que viene ejerciendo y es lo que tiene que ver con los conceptos de objetividad y subjetividad en el periodismo.
Sobre estos dos conceptos antes mencionados, la vieja escuela de periodismo en Colombia, por lo menos una gran parte, se niega hablar de ello, lo que los mantiene en esa “bendita” premisa de la objetividad que no es más que una patraña para que el público asimile que son periodistas o medios de comunicación neutrales u objetivos, lo que en la práctica, es imposible.
Esto de la objetividad se vuelve imposible porque “somos animales políticos”, así lo dijo el gran filósofo Aristóteles. Lo que nos lleva a inferir entonces que de manera voluntaria o involuntaria tomamos posiciones políticas en todo lo que ocurra en nuestro alrededor, particularmente en la información que manejamos, pues sentimos y si somos coherente con nosotros mismos eso es lo que transmitimos sin imponer nuestras ideas que es algo totalmente distinto.
En cambio, quienes creemos que el periodismo que se hace y se debe hacer es subjetivo, somos partícipes de que el periodista opine con respeto y profesionalismo, en busca de representar distintas corrientes de la opinión pública; es decir, que el pueblo vea en el periodista o medio su visión de vida. Por eso es necesario que haya gran variedad de medios de comunicación (tradicionales o alternativos) para crear una atmósfera de versatilidad que permita obtener todas las miradas de una información, pues un periodista que está en contra de un tema particular no mostrará la información de la misma forma en la que otro colega si lo está.
Por último, pero no menos importante, es que el público debe dejar de confundir los dos conceptos en cuestión con algo llamado "equilibrio de la información", que se trata de que una noticia tenga todas las miradas posibles y es lo que muchos no hacen o que en ocasiones se dificulta porque en muchos casos los involucrados no quieren hablar, pero la noticia es noticia y tiene que salir.
Todo lo dicho, es para decirle a los lectores que no coman cuento, todos los periodistas o personas vinculadas a un medio de comunicación, sobre todo en los noticieros, tenemos nuestras ideas políticas, nuestra visión de vida y por lo tanto es natural que de alguna u otra manera queramos exponerla, pero eso debe ser con respeto y altura, pues que yo sea progresista no quiere decir que no pueda cuestionar a un líder político de ese extremo.
Espero que haya quedado claro el repaso y que nos saquemos de la cabeza esa equivocada idea del periodismo objetivo, que nunca ha existido y no existirá, por mucho que algunos colegas ortodoxos quieran pregonar lo contrario.