¿Se ha detenido a pensar cómo será la población colombiana en unos 40 o 50 años? Imagínese una generación de viejos que no supo lo que era un contrato a término indefinido, que trabajó por periodos de 3 meses y estuvo otros seis meses en la desesperación de enviar cientos de hojas de vida que nadie leyó. Imagínese también una generación de viejos que nunca pudo comprar una casa porque unos meses tenía para pagar la cuota en el banco y otros no. Imagínese una generación de viejos a los que contrataron por horas, ganando 3.450 por cada una, y que de pronto fueron contratados 2 horas y se fueron con 6.900 pesos en el bolsillo. Gastaron 2.400 pesos en el transporte para ir al trabajo y 2.400 para devolverse a su casa. Le quedaron 2.100 para el resto de su supervivencia.
Con desagrado digo: esta es mi generación y la de muchos conocidos y amigos que me rodean. Nosotros no tendremos derecho a una pensión. Ni siquiera tendremos hijos que nos cuiden, porque no tenemos dinero para criarlos. Somos, por mucho, una de las generaciones más preparadas profesionalmente. Hemos pedido créditos en cuanto banco hay para pagarnos especializaciones, maestrías y doctorados. Hemos puesto en peligro el patrimonio de nuestros padres, nuestros fiadores eternos, para pedir una beca en ICETEX. Sin embargo, seremos la generación de viejos más pobres y miserables de Colombia.
Sin embargo, la experiencia no hace sino demostrarnos que este país no necesita profesionales ni personas que se hayan preparado para desempeñar una labor. Muchas empresas solo necesitan mano de obra barata. El contexto nos lleva a la desesperación de decir: “trabajo en lo que sea”, y las empresas aprovechan para capturarnos en trabajos mediocres y sin garantías. Entonces el gobierno saca pecho y dice: “trabajo SÍ hay”. Y con un cinismo espectacular, empeora la brecha que nos separa de un futuro brillante y prometedor bajo la idea de crear una “iniciativa de protección a la vejez”, que no es otra cosa que una reforma pensional, pero ¿de qué le sirve una reforma pensional a una generación de futuros viejos que nunca tendrán una pensión?
A todos los que piensan que los jóvenes somos el mejor futuro, les agradezco su optimismo, pero mientras este país no piense realmente en nuestras garantías y derechos, el único futuro que nos espera es la de una generación de viejos sin esperanza que nunca tuvieron una oportunidad.