En el condominio Belvedere en Bello, Antioquia, donde se ubica la finca de Óscar Suárez Mira, exsenador y prófugo de la justicia, se tejió la trampa y se orquestó el fraude, como si fuera una reunión de gangsters. Allí se reunieron Héctor Hernán Suárez, Óscar Suárez, César Suarez (candidato a la alcaldía) y el congresista liberal Jhon Jairo Roldán (alias 'el Cerebro') para repartir las funciones de la estafa de la siguiente manera: Héctor Hernán se encargaría de entregar el dinero a los líderes, comprar al registrador y organizar el chantaje para el 25 de octubre; Óscar establecería compromisos políticos tanto en Bello como en Antioquia donde Luis Pérez se comprometía en entregarle la Contraloría Departamental a cambio que su candidata Eva Inés Sánchez se bajara de la aspiración a la Gobernación y lógicamente dirigiera a su hermano Héctor Hernán en Bello; Jhon Jairo se encargaría de promover el voto en blanco para restarle votos al candidato de la Opinión y dirigir toda la parte difamatoria en contra de los candidatos de la oposición; y César solo tenía que asistir a las reuniones y preocuparse por hablar bien en público y aprender a leer toda vez que lo hacía, a pesar que aun lo hace muy mal.
El 25 de Octubre a las ocho de la mañana empezó el festín de fraudes, en los puestos de votación. Jóvenes contratados previamente ofrecían un combo: el que votara por César Suárez Mira y por Juan Camilo Callejas —candidato al concejo de Bello y pupilo del prófugo Óscar Suarez — le pagaban 70 mil pesos y las personas tenían que mostrar la foto del voto en el celular para recibir el dinero.
Se registraron denuncias de algunos ciudadanos hacia David Lopera hijo de Climaco Lopera, el cual, según la revista Semana, tiene relación con Bandas Criminales y es un cacique electoral en Bello y ha tenido contratos en la Secretaría de Gobierno de Bello. Los ciudadanos aseguran que fueron presionados para que votaran por ellos.
La orden de Óscar Suárez y Héctor Hernán en los puestos de votación era dañar o desaparecer como fuera los votos de Óscar Andrés Pérez —candidato a la alcaldía— y de los candidatos al Concejo que no los apoyaran. Fue así como se denunció por parte de la policía a la profesora de nombre Yazmin Maritza Mesa Hernández, quien fue sorprendida en flagrancia cuando marcaba votos de César Suárez y dañaba los votos de Óscar Andrés Pérez. Hoy afronta un proceso penal con radicado 0521260000201201505346 y se está a la espera de la audiencia de formulación de imputación.
Los formularios E14 donde se registran los votos fueron alterados en muchos de los puestos de votación. El caso más relevante ocurrió en una mesa donde solo votaron 200 personas. César Suárez obtuvo más de 4000 mil votos; una vez hecho esto en la trasmisión de datos se reportaban datos erróneos. Otro hecho relevante ocurrió con el Secretario de Educación, Sergio Andrés Velásquez, quien fue sorprendido cambiando los resultados en los formatos E14 para presuntamente beneficiar a su candidato al Concejo y al candidato a la alcaldía. Él dice que se trató de un simple error.
A cinco de las tarde, César Suárez Mira había perdido la Alcaldía. Las tantas trampas no habían alcanzado, pero todo ya estaba previsto: el Registrador estaba cuadrado y Héctor Hernán Suárez le había entregado 600 millones de pesos. Los votos no se podían recontar, ya que Óscar Andrés había ganado y algunos concejales también, por lo tanto la orden era trasladar esos votos del Tulio Ospina, lugar del reconteo, para que no fueran recontados y para eso utilizaron personal de la alcaldía. El registrador les dio ingreso a un lugar al que solo podía entrar la Comisión Escrutadora y lugar prohibido para cualquier funcionario de la alcaldía y allí se reunían todos los votos de Bello, en las bolsas triclaves.
Hoy en día, en el tribunal superior de Antioquia cursan más de nueve demandas electorales en contra del señor César Suárez Mira. Esperemos que el tribunal reconozca lo que todo el mundo vio, pero que todo el mundo también calló, por miedo y por no ser despedidos de sus trabajos.
Ya decía Gustavo Bolívar:
“Debería preocuparnos y aterrarnos que aquellos que se eligen con fraude sean los mismos que elaboran las leyes de un país, sean los mismos que eligen contralor y procurador, sean los mismos que aprueban el ascenso a generales, los mismos que ejercen control sobre las decisiones del presidente de la República. Mientras no depuremos el sistema electoral, esas leyes, esos nombramientos, ese control al ejecutivo seguirán en manos de tramposos que deshonran las instituciones y que convirtieron la política en un negocio sucio.”