Fue en el gobierno de Iván Duque con María Victoria Angulo como ministra de educación, en agosto de 2019 cuando se iniciaron las obras de reconstrucción de la Institución Educativa Francisco (IE) de Orellana en el resguardo indígena de Macedonia, que está a tres horas de Leticia, en plena selva.
El colegio se diseñó para 450 estudiantes. Beneficiarios provenientes de las comunidades Tikuna de Cocama; los Yagua, los Uitoto, los Miraña y los Tanimuca. El proyecto incluyo 19 aulas nuevas (1 de Preescolar, 16 de Básica y Media, 1 laboratorio, 1 aula polivalente), 18 baterías sanitarias, comedor, cocina, zona administrativa y espacios complementarios de recreación y esparcimiento, todo dentro de un área de intervención aproximada de 2.100 metros cuadrados. Para la tarea, en primer lugar, se dispuso de $ 7.826 millones provenientes del fondo de financiamiento para la educación, y otra parte la coloco el departamento del Amazonas con un cheque de $ 2.513 millones, lo cual completó un total de $ 10 mil millones.
Si bien había dinero para el sitio la comunidad debió esperar la fecha de inauguración. Primero llegó la pandemia, lo cual, retrasó las obras. Segundo la construcción fue detenida por ocho meses por la falta de certificaciones eléctricas; no obstante, gracias a la intervención de la Contraloría, en cabeza de Carlos Hernán Rodríguez, el apoyo de la comunidad y el constructor Consorcio Restaurantes se logró sacar adelante la institución.
En septiembre de este año, muy recién posesionado como ministro de educación, Daniel Rojas inauguró el colegio Francisco Orellana.
Según la Contraloría la inversión resultó de $ 16.121 millones que se compartió entre el Ministerio de Educación y la Gobernación del Amazonas. El ministerio colocó unos $ 12.640 millones y la Gobernación del Amazonas, gobernador actual Óscar Enrique Sánchez Guerrero, sumó los $ 3.481 faltantes para el claustro educativo. En la inauguración también estuvo el presente el rector del colegio, Fredy Córdoba. Por parte de la comunidad el padre de familia, Jorge Paredes, declaró:
“Este es el mejor colegio del Trapecio Amazónico, muy elegante, la arquitectura y la infraestructura es muy buena”
El contratista que puso a esperar a la comunidad
La empresa contratada por el fondo de infraestructura del Ministerio de Educación fue el Consorcio Restaurantes. La disculpa por parte del contratista consistió en no disponer de los documentos para realizar la instalación eléctrica. Los certificados faltantes fueron el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (Retie) y el certificado de iluminación en el Reglamento Técnico de Iluminación y Alumbrado Público (Retilap). Permisos indispensables para la instalación de la luz en el instituto.
El Retie es un documento expedido por el Ministerio de Minas y Energía, hoy en cabeza de Andrés Camacho, que tiene la misión de establecer las condiciones técnicas que deben tener las instalaciones, equipos y productos utilizados en la generación, transmisión, transformación, distribución y uso de energía eléctrica en el país. Todo para garantizar el flujo de energía.
Por su parte el Retilap también es un certificado emitido por el mismo Ministerio de Minas y Energía con el que se busca proteger la salud y la vida de las personas, los animales y el medio ambiente, garantizar la seguridad del abastecimiento energético, promover el uso eficiente de la energía, brindar seguridad y confort y prevenir prácticas que puedan inducir a error al usuario. En general el Retilap garantiza el cumplimiento de unos requisitos técnicos.
Cuando los funcionarios de la Contraloría identifican los obstáculos para que el Consorcio Restaurantes pueda avanzar en la obra, es decir, la falta de permisos para la instalación de luz, los funcionarios del ente de control terminan ayudando en la tarea. Sin olvidar que el Consorcio se quejó también de no contar con los recursos para poder trasladar el material de construcción hasta la Amazonia.
La Contraloría no dudó en apoyar al constructor para obtener las certificaciones requeridas y también se aseguró de la llegada de los materiales del IE Francisco de Orellana.
Los dos certificados faltantes se obtuvieron mediante a la empresa de Energía del Amazonas, ENAM, la operadora del servicio eléctrico de la región, y también el proyecto vio la luz gracias al acompañamiento de la Contraloría.
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