Bernardo Parra, el fundador de la panadería Hornitos, tenía apenas 13 años cuando buscó trabajo en la panadería más grande del pueblo, en Manta, en el oriente de Cundinamarca. El único objetivo que se trazó en ese momento fue conseguir plata para ayudar en su humilde casa. También quería aprender a hacer pan, poque los biscochos, las almojábanas y los panes grandes se veían en la mesa únicamente en las fechas especiales.
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Después de aprender el oficio de hacer pan y bizcochuelos, Bernardo Parra empacó en una maleta más sueños que ropa y aterrizó en Bogotá. En la fría ciudad encontró trabajo como panadero. Siguió aprendiendo del oficio y ya con la experiencia adquirida quiso tener su panadería. En el camino hacia su independencia se asoció con personas para tener su propio negocio. Ninguna de las sociedades resultó siendo un buen negocio.
Tras la perdida de plata y tiempo Bernardo Parra entendió que el camino no era el negocio con socios. En 1980 se endeudó y compró una pequeña panadería quebrada puesta en el barrio Galán en el occidente de Bogotá. A su primer negocio propio, que empezó a levantar con su recién esposa lo llamó Panadería Hornitos. Exactamente quedaba en la carrera 56 con calle 3.
En los primeros meses, Bernardo trabajó solo. Para poder tener el pan lo más fresco posible, para atender a sus clientes desde muy tempranas horas de la mañana, preparaba el pan durante las noches y las madrugadas. El buen sabor de sus productos y la frescura con la que los entregaba todos los días, la hicieron la panadería Los Hornitos la más querida del barrio Galán y sus alrededores.
Diez años después, luego de construir una panadería exitosa en compañía de su esposa y sus hijos pequeños, Bernardo abrió un segundo punto, el cual puso muy bien en el barrio Salitre, luego llegó el tercero en Quinta Paredes. Cuando Hornitos contaba con casi 20 años y ya la panadería pasó una muy reconocida en aquellos sectores de Bogotá donde fue instalada, su hermano José Parra se unió a la compañía como panadero mayor. Para el inicio del presente siglo Hornitos ya contaba con nueve sedes, todas muy bien puestas en lugares estratégicos.
En la actualidad Hornitos cuenta con 20 sedes, la más reciente la pusieron en el barrio La Castellana, al norte de Bogotá. Sus dueños, representados por David Parra, hijo mayor de Bernardo, han dicho que por el momento no saldrán de Bogotá ni se instalarán en centros comerciales; porque para ellos sería perder la identidad de panadería de barrio, que siempre han querido mantener. Por más que les han hecho propuestas para asociarse y vender franquicias, los Parra se han mantenido firme en conservar Hornitos como una empresa familiar. Han dicho que su proyección es abrir entre dos y tres panaderías cada año durante los próximos cinco.
Para lograr pan fresco en sus panaderías, los Parra demostraron que no había necesidad de tener un horno en cada uno de sus puntos para preparar el pan en cada uno de ellos. Una de sus estrategias de éxito ha sido tener solamente dos plantas de producción donde, al mando de su panadero mayor, José Parra, se hacen cada uno de los 130 productos de panadería y pastelería que tienen para sus clientes en sus diferentes puntos de venta, con el objetivo de tener más espacio para ellos y sus empleados dedicados 100% a atenderlos, lo que los han llevado a lograr el objetivo que se trazó Bernando Parra, cuando abrió la primera Hornitos hace 43 años: ser la panadería más querida de Bogotá.