La Ministra de Educación, Gina Parody, mediante una resolución intimidatoria nos convoca a los maestros y a las maestras de los colegios públicos a participar en un Día E, que significa Día de la Excelencia Educativa, el cual se realizará el próximo miércoles en todos los colegios públicos del país.
Según el Decreto “Durante el “Día E" los directivos docentes, docentes y personal administrativo revisarán los resultados institucionales del establecimiento educativo y definirán el plan de acción correspondiente para alcanzar las mejoras proyectadas por parte del Ministerio de Educación Nacional para el correspondiente año escolar”.
Bienvenido la participación y el dialogo, pero no de arriba hacia abajo ni con amenazas e imposiciones. El dialogo para que sea fructífero debe ser entre dos y en igualdad de condiciones, tan educador es el Ministerio como los 320.000 educadores que diariamente, en medio de múltiples dificultades y carencias, formamos a 8 millones de niños y jóvenes.
De tiempo atrás, casi que desde siempre, los educadores y la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) hemos propuesto a todos los gobiernos de turno un gran acuerdo por la mejora sustancial de la calidad de la educación. Cuando concertamos con el gobierno del presidente Gaviria la Ley General de Educación, en 1994, dejamos plasmados en la nueva Ley nuestros aportes a la reforma de la educación y de la enseñanza que nos habíamos propuesto desde el Movimiento Pedagógico. No es verdad que solo nos preocupen los salarios y las prestaciones.
Uno de los pilares de Ley General de Educación es la autonomía de los colegios para formular su propio Proyecto Educativo Institucional (PEI), el cual recoge el ideario educativo y pedagógico de cada colegio o institución educativa, las áreas principales de enseñanza, la participación de padres de familia y estudiantes en el gobierno escolar.
La autonomía de las Instituciones Educativas para establecer sus metas educativas no puede ser arrasada y desconocida por un plan de mejoramiento como el que propone el Ministerio de Educación. La ministra Gina pretende que los colegios públicos, los rectores y los maestros asumamos como propios unas metas que el Ministerio de Educación tiene ya diseñadas y establecidas de antemano, que firmemos unos planes y formatos de mejoramiento sin consideración de las condiciones reales de los colegios, la mayoría con grandes carencias en materia de recursos educativos, condicione locativas mínimas, sobrecupo de alumnos, jornada escolar de solo 5 horas hora diarias, y por supuesto, las condiciones de pobreza de los estudiantes.
Los maestros no nos oponemos a la mejora de la educación, reclamamos una educación con dignidad, una educación que contribuya al bienestar de los estudiantes y sus familias, una educación que atienda a las necesidades de una sociedad democrática, una educación para la paz y el postconflicto. La educación pública es nuestra preocupación diaria y de siempre. La razón de ser de nuestra profesión es ofrecer una educación de calidad. Pero las decisiones y políticas sobre la educación no están en nuestras manos. Desde hace muchos años están en manos de la tecnocracia educativa del MEN que siguen las recomendaciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario y la ODCE.
Vivimos sometidos a la última moda o al milagro educativo que quiera importar cada ministro o ministra de Educación. Ayer el modelo era el norteamericano, ahora nos proponen, o imponen, el modelo de Minas Gerais de Brasil o el modelo de Singapur.
Es un desacierto pretender que una campaña publicitaria, un acto administrativo y un día de la excelencia educativa, sea el camino adecuado para construir un gran acuerdo sobre el futuro de la educación entre el gobierno, los educadores y la sociedad.
Los maestros compartimos el mejoramiento de la calidad educativa, la formación de mejores ciudadanos, la participación en la reconstrucción constante del tejido social, pero no basta con la voluntad o con la copia de una idea sustraída de otras realidades. Para lograrlo se requiere un incremento en el PIB del 7.5%, más formación para los educadores y mejores recursos didácticos, alimentación adecuada y balanceada para los estudiantes, quid escolares, servicio médico permanente, nombramiento de 120.000 docentes para la jornada completa y para que refuercen aprendizajes en las diversas áreas, enseñen música, artes, ciencias, tecnología de punta, deportes, orientación escolar una pedagogía critica para que los estudiantes tengan un pensamiento democrático y reflexivo.
El día E lo vamos a aprovechar para explicar la real situación de atraso y carencias de que vive educación pública e insistir en nuestras elementales demandas Reiteramos que el afán y preocupación por la calidad educativa es la práctica constante de los docentes en su quehacer pedagógico, la esencia de su labor profesional.
La Ministra de Educación asume la experiencia educativa de Minas Gerais, en Brasil, la aplica mecánicamente (Día E) sin reconocer las realidades específicas, como si fuera poco le adicionan cuatro criterios a las pruebas saber: progreso, desempeño, eficiencia y ambiente escolar y nuevamente desconoce a los actores fundamentales de la vida escolar, convirtiendo el día E en una imposición.
Ningún plan de mejoramiento que acordemos los colegios y los maestros será realizable si el gobierno no modifica la inversión actual en educación, si no se mejoran las condiciones de enseñanza, se invierte en la planta física de los colegios que en su inmensa mayoría están en ruina. Si no se atiende el clamor de un salario profesional para los educadores que nos permita entregarnos de tiempo completo a nuestra labor con educativa y pedagógica con dignidad y profesionalismo.
Vemos en el día E, una forma de imponer un nuevo modelo de evaluación velada, que será requisito para ascensos y reubicación salarial, prometiendo aumentos salariales sujetos a los resultados, “incentivos” que no son factor salarial, pero si motivo y causal para sancionar docentes e instituciones educativas, si no alcanzan las metas acordadas en los planes de mejoramiento. A los maestros se nos pide esfuerzo, sacrificio, dedicación, mientras el gobierno solo vigila, evalúa, castiga e impone políticas contrarias al interés del país y de la educación.
Por las anteriores razones hemos convocado al magisterio colombiano a la desobediencia civil el DIA E, así como a los programas unilaterales y exigir políticas públicas de Estado en materia educativa, exigir el dialogo y la concertación entre iguales, respuesta a las necesidades expresadas en las peticiones de Fecode y desde luego defender la educación pública y una educación digna para todos los niños, niñas y jóvenes de nuestro país.
*Carlos Enrique Rivas Segura
Miembro del Comité Ejecutivo de Fecode y Secretario de Asuntos Pedagógicos