El emporio construido durante medio siglo por el llamado zar de las esmeraldas Víctor Carranza terminó, por voluntad suya, en manos de un petrolero sirio-norteamericano: Jamal Daniel. El propietario del fondo de inversión con sede en Texas, Crest Investment Company, con grandes negocios e inversiones en propiedades, petróleo y tecnología, quiso también entrar en el negocio de las piedras preciosas. Puso el ojo en Colombia, precisamente en Boyacá, donde está el reino de las esmeraldas. El millonario Jamal se acercó a la región por su coterráneo Charles Burgess, quien lleva unos 40 años en Colombia, a donde llegó en la década de los años 80 como funcionario de la embajada norteamericana.
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En 2009 fue cuando hizo presencia la primera inversión de Jamal Daniel en Colombia. En aquel año, con Burgess ya pensionado de la embajada y como aliado suyo en el negocio de esmeraldas colombianas, creó la empresa Minería Texas Colombia, manejada por Burgess, la cual se unió a la Coexminas, la empresa propiedad de Víctor Carranza. Por una buena parte de la producción los gringos ponían su conocimiento tecnológico en la explotación minera en la mina Puerto Arturo, la consentida de Carranza.
Burgess había conocido a Víctor Carranza a través de Monseñor Gutiérrez quien celebró el matrimonio del gringo con una mujer de origen boyacense, quien sirvió de puente entre los dos. Fue Burgess quien cerró el negocio con el esmeraldero mayor y también con la familia Molina quienes compartían la propiedad de la rica mina Puerto Arturo. A finales del 2013 Jamal Daniel tomó control de la mina, cuatro meses después moría Víctor Carranza de un devastador cáncer.
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En compensación por la movida económica y por la confianza que le tenía el poderoso sirio nombró a Burgess, como presidente de la recién nacida Minería Texas Colombia, que comenzó a explotar la jugosa mina de esmeraldas, a darle calidad de trabajo a los mineros y mejorando la relación con los guaqueros que a las afueras de la mina buscan hacerse algunos pesos con pepas que cuelan en los desperdicios de la mina.
Hace más de un año, después de una década al frente de Minería Texas Colombia, Charles Burgess decidió pensionarse. La posta la tomó Esteban Santos, el hijo menor del expresidente Juan Manuel Santos, el recién graduado en artes e historia en la Universidad de Virginia y con una maestría en administración pública en Harvard, quien ya mantenía ya un noviazgo con la exreina Gabriela Tafur con quien se casó el fin de semana pasado en la hacienda La Manuelita en el Valle del Cauca.
Cuando Carranza pesaba en la política colombiana
Víctor Carranza, a pesar de los límites que manejaba entre la legalidad e ilegalidad del negocio de las esmeraldas, jugó con cartas sobre la mesa en la política colombiana. Participó de más de una campaña política con financiación y acuerdos para poder distensionar la guerra verde. De filiación más conservadora que otra cosa, Carranza empezó una relación también con el expresidente Juan Manuel Santos quien como ministro de Comercio Exterior movió la idea de la bolsa para el comercio de las esmeraldas, proyecto de mucho interés para el entonces zar de las piedras verdes.
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Santos buscó a Carranza dos años después en el calor del Proceso 8000 y la financiación del narcotráfico de la campaña presidencial de Ernesto Samper. Contactó también a Carlos Castaño y a través de Álvaro Leyva a Manuel Marulanda, el comandante de las Farc, igual que lo hizo con líderes políticos de todos los partidos para armar un frente que presionara al presidente Samper a hacerse a un lado dada su ingobernabilidad. Los norteamericanos le habían incluso quitado la visa por la financiación recibida de los hermanos Rodríguez Orejuela. La movida, conocida como la Conspiración y a sus protagonistas, identificados burlescamente como Los conspiretas, no fue a mayores, pero tanto Carranza, como lo hizo Castaño en su libro Mi confesión, no escatimaban momentos para referirse a la relación con Juan Manuel Santos.
Quince años después el emporio creado por Carranza termina manejado por un Santos
Concluidos los estudios en Estados Unidos, Esteban Santos, quien se desempeñó dos años como secretario privado de su papá-presidente, momento en el que tuvo la oportunidad de conocer por dentro el poder empresarial y político se estrenó como vicepresidente del fondo de inversión Crest Investment con sede en Houston, que maneja a su vez el holding Muzo Colombia, al que están vinculadas seis pequeñas compañías.
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Esteban Santos se llevó a trabajar con él a Yolima Jiménez, quien fue mano derecha como asistente de su papá durante 30 años y a Camilo Acero, también asesor de Juan Manuel Santos en temas de paz, quien fue nombrado vicepresidente corporativo de Muzo Colombia y como tal debe dar cuenta de las complejas relaciones con las comunidades en la zona esmeraldífera de Boyacá. Ellos dos son el puente de confianza de Esteban Santos, quien ha trabajado estos años largos desde Houston mientras su novia Gabriela Tafur concluye sus estudios en la universidad de Stanford en California.
Las otras empresas que hacen parte del sólido holding esmeraldero son Esmeraldas Mining Services, EMS, que se encarga de la operación minera; Colombian Shared Services, CSS, el soporte administrativo del grupo. El gringo Daniel quiso constituir también la Fundación Muzo dirigida María Luisa Durrance, quien venía de trabajar como gerente social de Minería Texas Colombia cuando pasó a este cargo directivo en febrero de 2018 que la hace responsable de los proyectos sociales en la región.
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Dentro del holding está también la compañía Esmeraldas de los Andes, EDLA, que se encarga de la transformación industrial de esmeraldas en joyas talladas ubicada en la Zona Franca de Bogotá. La compañía que cierra el holding es Furatena Cacao, una empresa que comercializa y asesora a los productores de cacao de la región.
El conjunto de estas empresas convierten al grupo esmeraldífero en el más grande del país, y lo pone a competir con la empresa Fura Gemas del Hindú Dev Sherty, dueño de otra importante mina que fue de Víctor Carranza: Coscuez, la cual Shetty covirtió en una de las de mayor producción de Colombia. Desde Houston Esteban Santos maneja las relaciones internacionales de este complejo negocio de gemas que creció en Colombia manchado de sangre pero que se convirtió en otra de las grandes fuentes de riqueza del sirio-nortamericano Jamal Daniel.