El declive de los fondos ganaderos empezó cuando la sucursal de Córdoba fue tomada por las Autodefensas de la región en 1997. En aquella época los entonces, gerente del fondo, Carlos Enrique Sotomayor; su presidente, Benito Molina Velarde; el notario, Miguel Francisco Puche Yánez; el ganadero, Benito Osorio Villadiego; y los comandantes Salvatore Mancuso y los Castaño de las Autodefensas Unidas de Colombia-AUC, entre otros, arrebataron al menos 105 predios de forma ilegal. De una forma más o menos cíclica se realizó el despojo.
Primero, los hombres de las AUC amedrentaban a los campesinos. Así, el Fondo de Córdoba compró tierras muy baratas o regaladas. Después de la transacción, el notario Puche entraba en acción con el objetivo de maquillar el abuso. Con ese mecanismo, varios accionistas y miembros de la junta Directiva se beneficiaron como, por ejemplo, el empresario de origen antioqueño Luis Gonzalo Gallo. Dicho accionista fue acusado por la Fiscalía y también compareció el año pasado frente a los tribunales de la JEP.
El Fondo ganadero de Córdoba se liquidó en 2014 pero la sombra de sus malos manejos permaneció durante los casi veinte años que estuvo activo.
El origen, una gran idea para el desarrollo de la ganadería
Las creaciones de los fondos datan de 1955 cuando el presidente de la República, Gustavo Rojas Pinilla sanciono el Decreto 112 de 1955, por medio del cual se establecieron las condiciones legales para la creación de dichos fondos. En su momento, la iniciativa mixta, por ser tanto pública como privada, alcanzó a contar con 24 gremios, dándoles una cobertura del 75 % del territorio nacional, en los años 90.
Los Fondos Ganaderos, en el papel, buscaron fortalecer a los pequeños y medianos agricultores al garantizar financiación y ayuda técnica. Los apoyos se hacían con base en la cantidad de ganado registrado en el fondo, generando en últimas un impulso al campesinado. El esquema, en teoría, parecía bien pensado. No obstante, en la realidad, los Fondos estuvieron involucrados en todo tipo de delitos. De los 24 solo sobrevive el Fondo del Huila, los demás se fueron liquidando con el tiempo y los cinco últimos que resistían, están en las últimas. Todos están dentro la Ley de estructuración en la Superintendencia de Sociedades que está a la cabeza de Billy Escobar.
Cinco fondos ganaderos en crisis
Durante décadas funcionaron muy bien, pero varios entraron en crisis económica. Hoy hay cinco en Ley de quiebras: el del Tolima, el de Cesar, el del Atlántico, el de Boyacá y el del Meta. Todos en liquidación y los dos primeros de entrada reciente a ley de insolvencia. Como ya se mencionó, los Fondos nacieron como un mecanismo para fomentar la pequeña y mediana ganadería, pero algunos de ellos se desviaron de su tarea y cayeron en desfalcos administrativos e incluso algunos terminaron salpicados en casos de corrupción.
Últimos Fondos registrados en ley de quiebras.
(Elaboración propia)
Las razones del fracaso son varias, entre ellas, los escándalos por desgreño administrativo y en ciertos casos, la corrupción abrió investigaciones judiciales a los gerentes.
Ese fue el caso de Luis Fernando Caicedo, el exgerente del Fondo ganadero del Tolima quien resultó investigado por tres mil millones de pesos que debían terminar en la Cuenta Nacional de la Carne y Leche; pero Caicedo embolató la transacción.
En el caso del Fondo de Boyacá, la mala administración dejo números rojos por $93.459.468.
El del Cesar alcanzó un endeudamiento del 96,19%.
En 2015, el Fondo ganadero del Huila presentó perdidas por $ 633,5 millones de pesos y durante el periodo de 2011-2015 el Fondo opita disminuyó el valor de sus activos. En otras palabras, se perdieron 7.034 cabezas de ganado en el Huila.
En el Fondo del Atlántico se extraviaron 1200 cabezas de ganado y con el Fondo del Caquetá, su gerente resultó involucrado en lavado de activos.
La mala administración condujo a serios problemas para los socios, generalmente ganaderos pequeños y medianos, como son la mayoría en Colombia. Con los Fondos han sido muchas las pérdidas generadas en su propia operación.
Una última falla del sistema es la ausencia de apoyo gubernamental, aunque les trasfieren recursos. Según Hernán Araujo Castro, el expresidente de la Federación Nacional de Fondos Ganaderos, los diferentes gobiernos no entendieron que los Fondos son el mejor instrumento para los pequeños y medianos propietarios, y no han sabido entender la importancia de políticas de crédito para favorecerlos. Se podría decir entonces que los diferentes gobiernos perdieron la fe y decidieron dejarlos marchitar hasta llevar algunos a su liquidación.