El proceso independentista de la Nueva Granada y demás colonias del continente americano se gestó en la segunda mitad del siglo XVIII, una de esas manifestaciones “prerevolucionarias” fue el movimiento de los Comuneros en 1781. Este movimiento insurreccional que se inició contra la reforma fiscal impuesta por Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, que en la marcha del Socorro a Zipaquirá llegó a tener 20.000 hombres, no solo contempló en las capitulaciones la derogación de los impuestos, sino también terminar con las diferencias sociales y políticas entre españoles y americanos.
Si este último punto se hubiera cumplido, hasta allí habrían llegado las exigencias de los criollos. Pero el movimiento fue traicionado, las capitulaciones incumplidas y sus máximos líderes, como José Antonio Galán, asesinados. No obstante, con eso en mente podemos decir que el movimiento de los Comuneros es el inicio de un proceso emancipador que finaliza con la batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819. Además, el movimiento evidenció que el régimen colonial y sus autoridades no eran invencibles.
A inicios del siglo XIX las colonias hispanoamericanas se enfrentan a la ausencia de la autoridad legítima y a la invasión francesa en la metrópoli. Entonces los criollos organizan Juntas de Gobierno despojando del poder político a los peninsulares, pero reconociendo la soberanía de Fernando VII. En este contexto se da el 20 de julio de 1810 en la Nueva Granada. Se inicia el período de Patria Boba que va de 1810 a 1816, caracterizado por conflictos internos de tipo político y clasista, centralistas y federalistas. Estas contradicciones conllevaron a una guerra civil entre granadinos en 1812-13, lo cual contribuyó a que sectores populares colaboraran con la reconquista.
Expulsados los franceses de España en 1814 y restaurado en el trono Fernando VII, se restablece el absolutismo y la reintegración del imperio español. Se desconoce la autonomía e independencia de las colonias americanas, se desata una política militarista contra los movimientos independentistas y se da inicio a la reconquista en 1815. Bajo el mando de Pablo Morillo va un ejército de 10.000 soldados, el objetivo es someter al virreinato de la Nueva Granada y la Capitanía de Venezuela. Morillo es acogido por sectores populares.
Cartagena es sitiada, sometida la ciudad heroica, se inicia el régimen del terror. La represión del régimen no admite espacio legal lo cual obliga la creación de guerrillas populares, única opción para la independencia.
Ya el general Simón Bolívar Palacios había declarado la guerra a muerte contra los españoles en 1813 y el conflicto contra los españoles se había universalizado, desde la época de Francisco Miranda.
Simón Bolívar recibe apoyo político, económico y militar de Alexander Petión, presidente haitiano. Este, Petión, le solicita a Bolívar otorgar libertad a los negros esclavos. El Libertador, apenas pisó tierra venezolana, con su expedición libertadora, decreta la libertad de los esclavos y distribución de tierra a combatientes, estrategia ésta que atrajo sectores populares sin los cuales era imposible la victoria. Pero aun así, las circunstancias son complejas para el Libertador, por lo que decide dirigirse a la Nueva Granada. El ejército libertador emprende la marcha desde Apure. Tropas llaneras, bajo el mando de José Antonio Páez, se le anexan; comandos granadinos dirigidos por Francisco De Paula Santander lo esperan a este lado de la frontera, en Tame.
El 25 de julio de 1819 se realiza la Batalla del Pantano de Vargas, fue el combate más sangriento de la guerra. 140 hombres del ejército comandado por Bolívar murieron; del ejército realista, comandado por José María Barreiro murieron 500 combatientes. Aquí se destacó la acción de la Legión Británica y los “Bravos de Páez”.
El 7 de agosto de 1819, la batalla de Boyacá fue la última confrontación armada entre el ejército patriota y el ejército realista. Esta batalla fue tan desastrosa para los españoles que el mismo Pablo Morillo fue el primero en reconocerlo. José María Barreiro, la mayor parte de oficiales y más de 1.600 soldados realistas fueron prisioneros. El patriótico triunfo permitió consolidar la República y facilitó la independencia de Venezuela, Quito, Perú y Alto Perú.
Debemos preguntarnos: ¿a quiénes favoreció la independencia de las naciones hispanoamericanas del imperio español?, ¿somos verdaderamente soberanos de los actuales imperios?, ¿por cuál razón no fue posible la creación de la Patria Grande, soñada por Bolívar y Miranda?