En 1940 Henry Ford dijo: “la combinación entre el automóvil y el avión es posible, solo es cuestión de tiempo. Pueden reírse pero vendrá”. Tuvieron que pasar 73 años para que esta frase de Ford recordada en la historia se hiciera realidad.
El Aeromovil 2.5 desarrollado en Eslovaquia cumplió el sueño de Henry Ford. Veinte años tardó su desarrollo, durante los cuales se probaron varios prototipos, y a finales de octubre pasado hizo su vuelo inaugural.
El auto volador pesa 450 kilogramos, en tierra desarrolla una velocidad de 160 Klm/h y en el aire puede llegar hasta los 200. Su carrocería que es a la vez fuselaje parte del diseño de la libélula, un insecto que guarda sus alas plegadas casi a lo largo de su cuerpo. Esto le facilita rodar por las calles con ellas de modo retráctil, incluso puede hasta parquearse como un automóvil normal y llegada la hora desplegarlas para alzar vuelo. El proyecto del carro volador inició en 1990 bajo la dirección de los diseñadores y cofundadores de Aeromovil, Stefan Klein y Jurak Vaculik.