En Valledupar hay un cementerio que se caracteriza por enorme su riqueza musical. Tanto porque allí los muertos no se despiden en silencio sino con parrandas de acordeón, como porque en este lugar reposan varios icónicos referentes del vallenato. Diomedes Díaz y su hijo Martín Elías están enterrados allí, pero también están el juglar contemporáneo Kaleth Morales, el compositor Rafael Escalona y el acordeonero Colacho Mendoza.
Al año es visitado tanto por fanáticos vallenatos de todo Colombia, como admiradores del género que llegan de otros países para conocerlo. Muchas de las tumbas que están allí, se destacan por los monumentos que se han hecho para acompañarlas.
Como muchos podrían suponer, la tumba de Diomedes Díaz es la más visitada y uno de sus mayores fanáticos se encarga de cuidarla. Se trata de Jorge Hernández, un fotógrafo que cuida y se encarga de que otros también cuiden la tumba de El Cacique De La Junta.
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El artículo que al lado de Diomedes Díaz y Kaleth Morales podría haber falsos positivos
Hace cuatro años, el diario El Espectador publicó un artículo llamado Otro Dabeiba, donde se decía que ciudadanos asesinados y presentados como bajas en combate, estarían enterradas en este cementerio. Lo que con los años se conoció como el fenómeno de los falsos positivos.
El artículo decía que en el cementerio Jardines del Eccehomo había una fosa común con, por lo menos, 500 cuerpos y que algunos de ellos serían falsos positivos.
Varios medios de la costa respondieron con bronca ante el artículo, el cuál consideraron que tenía un titular sensacionalista e impreciso.
Por ejemplo, en el diario El Pilón, uno de sus columnistas comento: Es un titular que involucra infamia, rabia, dolor, tristeza e infelicidad, una adversidad llena de horror y putrefacción humana. Ese titular tan exacto, para describir de una, que aquí en Valledupar también cesó la irracionalidad de los falsos positivos en el cementerio de mayor “abolengo” de la región.
