Tras internarse en la Clínica Perfect Body y posteriormente en un centro psiquiátrico alegando estrés, depresión y ansiedad, finalmente Enrique Vives Caballero fue enviado en la noche del lunes, 20 de septiembre, a la cárcel Rodrigo de Bastidas, ubicada en el barrio Los Alcázares de Santa Marta. El empresario fue acusado por el delito de homicidio en concurso homogéneo y sucesivo en la modalidad de dolo eventual a título de autor material, de ser hallado culpable podría pagar una condena entre 17 a 30 años de cárcel.
Mientras se decide a cuál centro penitenciario de Colombia será trasladado, Vives pasará los próximos días en cárcel Rodrigo de Bastidas, la cual cuenta con 800 presos, a pesar de haber sido diseñada para 500 presos, presentando serios problemas de hacinamiento. El centro de reclusión cuenta 10 pabellones y 41 celdas. Vives estará aislado, por protocolos de bioseguridad, durante 14 días no podrá recibir visitas, únicamente la de su abogado Alex Fernández Harding.
La llegada del empresario ha causado conmoción en el centro penitenciario y no ha pasado desapercibido. Un amplio número de presos no están de acuerdo con la presencia de Enrique Vives, y el Inpec ha sido alarmado de que hay amenazas contra su seguridad.
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