"Lo mismo que yo" y, en mayor medida, "Tabaco y chanel" fueron las canciones que pavimentaron la carrera de Bacilos cuando por allá a comienzos de milenio cuando lanzaron su disco homónimo debut. La canción se metió en todas las radios nacionales que pasaban temas de pop en la época y en la actualidad es tan querida por los colombianos, que es una de esas infaltables cuando llega alguna banda de covers a tocar en algún bar.
La canción además de tener una letra preciosa, que ahora después de muchos años Jorge Villamizar reconoce como demasiado melosa y producto de un joven que estaba profundamente enamorado de una mujer española, contaba con un violín que se convirtió en una de las partes más icónicas de la canción.
Pero lo que muchas personas no saben es que esa canción originalmente no llevaba violín, sino acordeón, lo que habría hecho de esta composición una pieza más cercana al tropipop o al vallenato. Jorge Villamizar, cantante de la banda y quien ha contado la anécdota en varias entrevistas, la pensaba como un homenaje al caribe y a Colombia.
Así nació uno de los mayores éxitos de Jorge Villamizar
Pero resulta que acordeonero que haría la parte estelar de la canción, jamás cumplió con la cita y de esta manera se perdió la oportunidad de formar parte de una canción que ahora podría considerarse uno de los mayores clásicos del pop latino o, por lo menos, del pop latino que se lanzó en los últimos 30 años.
Así que Villamizar y compañía tuvieron que improvisar. Entonces llamaron a un músico cubano llamado Pedro Alfonso que grababa en el estudio contiguo y le pidieron que les tocara algo a ver cómo sonaba. Inmediatamente el señor tocó la pieza magnífica e icónica que reconocemos en la canción hasta el día de hoy y les dijo: "Ya calenté, ahora sí puedo tocar".
Pero el trabajo ya estaba hecho y, por fortuna, los Bacilos ya lo tenían registrado. Por esa razón fue el "calentamiento" de Pedro Alfonso, lo que terminó reemplazando el acordeón de una de las canciones más sonadas del pop colombiano.
