Todos los mitos se tienen que romper, todos los imperios se tienen que caer. Colombia le hará bailando goles a Brasil y les bailará cumbia con cada gol que les haga. No importan los espectadores ni la historia futbolera de Brasil, la historia es para los fantasmas y las dictaduras, todos los imperios que gobernaban con sus mitos, han caído y seguirán cayendo. No importa que se trate de un imperio futbolero. Brasil vive de su fama, de su fantasma, creen que con el aliento del pasado superarán a Colombia. ¡Están equivocados! Colombia tiene magia, las mariposas amarillas de García Márquez bailan en los pies de James. Como Remedios la Bella, James eleva balones al cielo y los pone derechito entre los tres palos del purgatorio del portero ajeno. El equipo de Colombia es un equipo alegre, celebra los goles al ritmo de Escalona, recordando a los amigos, a los viejos, a Moralitos, a Josefa Matía, al ritmo de la cumbia “El Pescador”, al son de “Colombia Tierra Querida”, Colombia lo hace con gracia, James celebra con su cara de niño grande mirando al cielo, con una sonrisa más grande que el techo del Maracaná.
Colombia tiene 11 razones de peso para derrotar a Brasil y Brasil tiene 11 razones de peso para perder, entre ellas, su más que futbolista, guerrero, Neymar. Tal vez en épocas de Gengis Kan inspirara terror, pero frente a la magia de James y Cuadrado, tan solo parece una figurita de esas que venden de plástico para que sea el malo de la película. El equipo de Colombia inspira optimismo, la sonrisa de James es contagiosa, sus celebraciones de brazos abiertos, seguidas de un bailecito son suficientes para acabar de desarmar al equipo contrario. Y les puedo prometer que el primer baile contra Brasil será fantástico. Colombia está luchando por dejar atrás esa violencia asesina que nos ha consumido por años, y estos 23 muchachos han hecho más por la paz en unos pocos días que 10 mil políticos y estudiosos que no logran llegar al corazón del pueblo: El mensaje está claro: celebremos la victoria con un baile, un baile de hermandad de todos los colombianos.
También sabremos tener compasión con el derrotado: Brasil no tenía las mariposas amarillas de Gabo de su lado y mucho menos los botines de James. James es el mago que de un quiebre de cintura y un soplido profundo, convierte una pelota redonda en un ave mágica que vuela preciso al nido que él le ha señalado. Prepárense: Lo de hoy será magia pura. Antes de empezar, Brasil ya está derrotado, la magia blanca de James los dejará hipnotizados con los conejos de goles que saque del sombrero de su magia futbolera.
El imperio de Brasil tocará tierra, y Colombia será el nuevo mito futbolero del mundo. Si dimos un Gabo para las letras, este nos dejó un gran reemplazo en el fútbol. Los goles de James no son goles, son obras de arte, sinfonías; les anotó dos Monalisas a los uruguayos y la Cuarta de Beethoven a los japoneses. La victoria de esta tarde será un Picasso, con música de Vivaldi, celebrada a ritmo de cumbia, y, ¡que viva Colombia, carajo!