Aunque parece difícil imaginarse a los gatos en la vida salvaje, la realidad es que eran depredadores ágiles y solitarios. Cazaban de forma impecable, eran desobedientes y tenían un fuerte instinto territorial. Pero en algún punto se toparon con los seres humanos y aunque parecía una tarea difícil fueron domesticados, aunque no como ahora se les conoce ‘mascotas’, si no como trabajadores del hogar, compañía desapegada y encarnaciones de dioses.
Su historia con el ser humano se remonta a hace 10.000 años y todavía existen muchas incógnitas sobre su origen exacto, cómo fueron domesticados y su rol en muchas culturas. Sin embargo, arqueólogos, arqueozoólogos, biólogos, antropólogos y expertos en el área se han dedicado a investigar a profundidad el tema. Los hallazgos han sido muchos y muy interesantes, estos animales no siempre fueron lo que hoy se cree y por el contrario su historia siempre sorprende a la mayoría.
Orígenes de los gatos con ancestros de hace 60 millones de años
Lo primero que se debe saber es que estos animales tienen un ancestro en común, ese es el Aitanis, un pequeño animal carnívoro que apareció hace 60 millones de años y tenían la velocidad y la talla de las jinetas. Aunque fue en la época del oligoceno que los felinos se dividieron en dos familias, la primera era de la clase Nimravidae, y la segunda de la Felidae. Es en la última clase donde se encuentra el antepasado común de los felinos actuales, el proailurus.
Por otro lado, el gato doméstico perteneciente al género Felis y según estudios realizados en 2006 sobre los cromosomas sexuales y el ADN mitocondrial de todas las especies de felinos, el linaje del gato doméstico se fue apartando de los otros hace 3,4 millones de años, en el plioceno, donde se fueron a los desiertos y bosques densos de la cuenca mediterránea.
Domesticación progresiva del gato
Como en sus inicios eran animales cazadores, depredadores, carnívoros y solitarios pensar en su domesticación era algo complicado, no obstante, los primeros focos se dieron en Egipto hacia el 2000 a. C. Y gracias a la revisión de algunos fósiles se sabe que tenían una morfología muy cercana a la del gato salvaje africano. La hipótesis en temas del rol que ocupa este animal, es que pudo haber sido mantenido por el hombre para beneficiarse de su habilidad como depredador y proteger los cultivos de los roedores.
Según un estudio publicado en PNAS, los gatos podían ser compañía y cuidadores de los cultivos pero no mascotas, de acuerdo con el análisis en fósiles del Cercano Oriente estos felinos no dependieron completamente de los hombres. Todo parece indicar que hicieron uso de todas las fuentes de alimentos disponibles. Es decir, las facilitadas por los seres humanos y otras que pudieron encontrar en su hábitat, manteniendo su independencia en medio de la relación con el ser humano.
En aquella época la domesticación no era marcada, aunque existe otro momento donde se establece de forma más precisa. En el período romano los gatos tenían similitudes con los restos de hombres y perros, según el análisis de isótopos estables obtenidos. Todo parece indicar que tenían una dieta similar y posiblemente fueron alimentados por los seres humanos. Así que su domesticación fue más cercana a esa época.
Civilizaciones que veneraban a los gatos como dioses, ídolos y protectores
En primer lugar estaba el antiguo Egipto, donde comenzaron a adorar a los gatos y domesticarlos para tenerlos como animales de compañía. Para ellos sus dioses tenían el poder de encarnar en cualquier ser sobre la faz de la tierra y los gatos les representaban una encarnación del dios Ra como matador de la serpiente Apofis. Pero alcanzó su máximo de influencia cuando se lo consideró la encarnación de Bastet, la diosa del amor, la fecundidad, la belleza, la armonía y la protección. De ellos se encuentra un sin fin de jeroglíficos, estatuas y otras representaciones.
Los gatos a los que se les consideraba encarnación de dioses al morir eran momificados y el respeto que recibían tras la muerte reflejaba el que inspiraban en vida. Incluso, según el historiador griego Heródoto, cuando uno de estos felinos fallecia la familia estaba de luto y se afeitaba las cejas en señal de tristeza.
Otra civilización que veneraba a los gatos era Japón, allí tienen una historia de más de mil años y son incluso en la actualidad un símbolo común de la suerte. Llegaron desde China en barcos que transportaban a los budistas, pues eran utilizados para cuidar los pergaminos de los roedores que podían comerlos y dejarlos sin la palabra de buda.
Además, en el país asitico tienen un sin fin de leyendas donde se habla del gato de la suerte que podía leer, hablar, lanzar bolas de fuego y convertirse en humano. El más famoso es Maneki-Neko, que lo encuentra en todo tipo de artículos representados con característicos simbolismos.
Finalmente, en China, también tienen un lugar muy especial, pues en el territorio existen registros de su existencia prácticamente desde los inicios del imperio, hace más de 5,000 años. Ellos tenían a su propia diosa felina llamada Li Shou, encargada de la protección del hogar y la fertilidad. Pero a pesar de ser considerados criaturas divinas, los gatos no tienen un lugar en el calendario lunar. Detrás de esto hay un mito y se dice hubo una carrera para que cada animal se ganara un puesto y fue la rata quien lo empujó para quedarse con su plaza, al pasar por el río y saber que el felino no sabía nadar.
Por toda esta historia se entiende la actitud airada, elegante y petulante de los gatos, pues en su ADN está esa información, de que desde el principio de sus tiempos los vieron como dioses y magnificencias de la naturaleza.
| Ver también: Día mundial del gato: estas son las curiosidades y datos que nadie conoce
