Asesinar la indiferencia no es tarea fácil, pero es más que poderoso el resultado de hacerlo.
Porque alertar a los ciudadanos, concientizar a las autoridades y llamar la atención de los hacedores de políticas es central para cambiar la triste realidad que viven las mujeres en Colombia con respecto a la violencia contra ellas.
Por eso, y aunque aún hay un largo camino por recorrer, me atrevo a decir que el 2016 augura avances significativos en esta materia.
No hemos terminado el primer mes de año y monitoreando las noticias relacionadas al tema, he notado un aumento considerable en la atención que merecen los temas correspondientes a esta problemática.
Primero el reporte del director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, reveló que en Colombia, durante el 2015 1500 mujeres fueron víctimas de feminicidio y que el deseado descenso en las cifras desde 2014 ha sido demasiado lento.
De casi 35.000 feminicidios registrados
en los últimos 10 años en Colombia
solo el 10 por ciento han terminado en condena
Luego, se habló del informe de la Fiscalía que puso de relieve que de los casi 35.000 feminicidios registrados en los últimos 10 años en Colombia solo el 10 por ciento han terminado en condena y que muchas de las víctimas de este flagelo son mujeres contra las que se conocen amenazas. Son por lo general amas de casa que han denunciado a sus victimarios y que residen en lugares donde corren peligro.
Y aunque dolorosas y trágicas las noticias como el aumento de asesinatos de mujeres en Cali (al 25 de enero ya había 15 mujeres asesinadas), el deceso de una mujer en Armenia a manos de su pareja a punta de machete, y de otra que murió en la misma ciudad quemada por su esposo le dan un rostro humano y terriblemente actual a lo que sucede en contra de nuestro género en el país. Estas historias honran a quienes han perdido su vida, y recuerdan que el cambio debe darse ya.
Tengo la esperanza de estar en lo cierto. Estamos por fin asesinando la indiferencia.
Creo que la labor de los medios, de las mujeres y de los hombres que las apoyan de mantener constante el cubrimiento y certera la información ayudará en la lucha contra la violencia que no solo afecta a las mujeres si no a sus familias y conocidos. Es un mal que la sociedad, como un todo, debe erradicar.