Empresas de aseo que se quedaron fraudulentamente con más de 76 mil millones de pesos de los bogotanos están a punto de quedarse de nuevo con el negocio.
Un informe del año 2012 de la Contraloría General de la República demostró cómo las empresas que prestaban el servicio de aseo en Bogotá se quedaron de forma fraudulenta con más de 76 mil millones de pesos que pagamos los ciudadanos sin tener la obligación. Estas empresas son ATESA, LIME, Aseo Capital y Ciudad Limpia.
Los contratos de aseo suscritos con esas empresas que debían haberse terminado en 2010, fueron prorrogados invocando una supuesta Urgencia Manifiesta, lo cual generó que los capitalinos, no se beneficiaran de una reducción en las tarifas que era obligatoria.
Durante el periodo de prórroga los bogotanos pagaron a los operadores del servicio de aseo un exceso de $76.361 millones de pesos, respecto de lo establecido en la regulación vigente desde 2005.
Lo delicado no es sólo esto, sino que éstas mismas son las únicas empresas que cumplen los rigurosos requisitos que ha establecido esta administración para presentarse y ganarse los nuevos contratos que se adjudicarán el próximo 27 de diciembre.
Ya de por sí genera algo de suspicacia que un negocio billonario (con b) como el del aseo de la capital se vaya a adjudicar a horas de que suene el “faltan cinco pa’ las 12”. Pero más allá de la suspicacia, lo inquietante es que a pesar de que la Contraloría General haya encontrado hallazgos fiscales de semejante tamaño, las empresas que se quedaron con esa plata puedan estar habilitadas para ganarse el negocio.
De hecho, los únicos que tienen hoy el músculo financiero y los requisitos de experiencia por sí solos, muy probablemente son estos operadores que por décadas han prestado el servicio en Bogotá. Todas las demás, incluso las más grandes empresas extranjeras tendrían que presentarse a través de consorcios o uniones temporales porque solas no cumplen los requisitos.
Sin embargo, ni del primer hecho: que se hayan quedado con una estrambótica suma de dinero; ni del segundo: que están a punto de volver a quedarse con el negocio, se ha dicho nada en los grandes medios de comunicación. A la Alcaldía y la UAESP, que es la encargada de la licitación, parece importarles tampoco.
En vez de haber adelantado las correspondientes investigaciones al interior de las entidades del Distrito que tuvieron que ver con el desfalco, para analizar la posibilidad de inhabilitar a estas empresas, ha habido una postura pasiva que les permitirá seguramente volver a ser las encargadas del aseo en la ciudad.
El experimento que hizo el exalcalde Petro con el tema de las basuras fue un completo desastre, que entre otras le ha costado otra fortuna al Distrito, pero lo que es cierto es que le hizo frente a esa situación.
Paradójicamente, el monstruo de empresa que engendró la administración anterior en cabeza de la Empresa de Acueducto del Distrito para encargarse de esa actividad, no podrá presentarse al proceso licitatorio nuevo porque básicamente está en la quiebra.
Mientras muchos estarán de paseo con sus familias, en Bogotá, en cuestión de menos de dos meses se estará entregando el segundo negocio más grande del Distrito, después del Metro (si es que alguna vez se hace) y a la fecha nadie está poniendo la lupa sobre este gigantesco proceso contractual.
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