Hace casi veinte años, William Martínez Santamaría, vio la muerte en sus narices. Un sicario le quitó la vida en su presencia a Toñito Nader Urzola, exitoso empresario y prestamista de Sincelejo, quien financiaba algunas campañas políticas. Apenas irrumpía el paramilitarismo en la región pero desde entonces la Caja de Compensación Familiar de Sucre, Comfasucre que continúa en una disputa ardiente, era ya un caos ideal para pescar en rio revuelto. William Martínez llegó a su gerencia y vio en ésta una oportunidad de ascender social y económicamente, tal como lo logró gracias a los catorce años que tuvo en sus manos el manejo de la entidad.
Entonces era un hombre de risa fácil, hasta hace una década se desplazaba en un pequeño jeep Suzuki que se apagaba en cada esquina y apenas soñaba con lo que consiguió con los años: rodearse con los hombres más poderosos de Sucre y acumular propiedades en finca raíz, haciendas y ganado. Su inconfundible cacharro pasó a ser pieza de museo porque ahora se desplaza en ostentosas camionetas climatizadas y poco se detiene a mirar a los peatones amigos.
Para nadie en Sincelejo es un secreto que la riqueza la hizo en Comfasucre, la entidad que maneja todos los subsidios de los trabajadores y las empresas de Sucre, como ha empezado a revelar la Secretaria de transparencia de la Presidencia. Manejaba una tarjeta de crédito con gastos de representación hasta por 30 millones de pesos y se incrementaba el sueldo se incrementaba anualmente por encima de la media nacional, mientras el de los trabajadores no pasaba de 4 por ciento. La Superintendencia del subsidio familiar intervino desde febrero del año pasado a Comfasucre y a Martinez y catorce funcionarios de la entidad son investigados penalmente presuntos delitos financieros. Su amigo personal, a quien siempre llevaba como el zumbido al moscardón a los dos trabajos formales que tuvo en su vida laboral, José Alvis Martínez, ha sido denunciado por un extraño movimiento cercano a los 2000 millones en su cuenta personal que según los denunciantes corresponde a recursos provenientes de trasferencias parafiscales del Municipio de Galeras.
La buena suerte del `enano risueño' como le dicen con sorna a sus espaldas, era a toda prueba. Un día unos asaltantes se metieron en su residencia del barrio Ford detrás de los millones que guardaba, amarraron a quienes encontraron en la casa, violentaron una caja fuerte y embarcaron el botín en la camioneta que estrenaba entonces el gerente de Comfasucre, una Prado blanca de placas 022). Los asaltantes avanzaban hacia las afueras de Sincelejo cuando las policía los detuvo en medio de espectacular tiroteo que dejó las huellas en la camioneta. Para entonces ya Martínez sacaba los dientes como hombre de poder.
Martínez Santamaría no se da fácilmente por vencido. Insiste, a pesar de las investigaciones que tiene en su contra, en rescatar el control de Comfasucre y en impulsar políticamente a su sobrino Andrés Gómez Martínez quien terminó derrotado por Yahir Acuña en su intención de llegar a la Cámara en las lsitas del partido de La U. El tio le ayudó desde la gerencia de la Caja para que armara su propio grupo y contrarrestar a Gabriel Espinosa, más conocido como El Bayo, cercano a Alvaro Garcia Romero condenado a 40 años de cárcel por homicidio, quien maneja poder a través de su hijo Olimpo Espinosa Oliver, quien es secretario del Partido Liberal. Gracias al tio, Andrés Gómez Martínez logró llegar al Consejo de Sincelejo en tres ocasiones y saltar a la Cámara con los dineros de la salud y a la Comfasucre que ya manejaba casi cien mil afiliados y una EPS que también se derrumbó.
William Martínez llegó a la gerencia de Comfasucre en el 2011 cuando ésta competía con Comcaja, controlada por la familia Guerra de la Espriella. Le ganó el pulso a otro político local conocido, Fernando Vergara Hernàndez, quien aspiró a la gerencia una vez fue derrotado por Salvador Arana en la gobernación de Sucre. Martínez se posesionó a pesar de las objeciones por no ser profesional y ya en el poder empezó a repartir gabelas y prebendas hasta lograr mantenerse en uno de los puestos más apetecidos del departamento. .durante catorce años, hasta febrero del 2014 cuando la Caja fue intervenida y la Junta directiva lo retiró del cargo. Con él cayó también la tesorera Jasmina Paredes y la cúpula de la entidad.
Una vez retirado Martínez fue nombrada como gerente encargada Erika Ahumada, quien entró con bríos, pero poco a poco ha ido quedando acorralada por pasquines ofensivos y bloqueos de los funcionarios de la cuerda que Martínez que permanecen dentro de la Comfasucre. Una entidad ahogada por demandas de distintas orígenes: 22 laborales de ex trabajadores despedidos quienes reclaman sus derechos, situación en la que se encuentra José Alvis Martínez, un abogado pálido y sin reatos, exjefe de la oficina jurídica, quien pide un reintegro laboral a término indefinido con una indemnización de 48 millones de pesos.
Hace un mes el Zar anticorrupción de la Presidencia, Camilo Enciso se tomò cartas. Sorprendiò en Sincelejo en plena semana Santa, una celebración que paraliza la Costa Caribe. Buscó apoyo de la Fiscalìa en Bogotá y echò a andar las investigaciones que llevaban un año dormidas. Los contratos que se hicieron para la construcción de la nueva sede, cuyo valor final aún se desconoce, habían desaparecido del archivo, así como las denuncias contra los catorce funcionarios que fueron despedidos con la intervención de la Superintendencia quien además encargó un auditoria externa con la firma KPMG, encargada de dar la última palabra.