Colombia es un árbol con muchas hojas secas y cielo azul. Desde su nacimiento ha sufrido varias oleadas de calor, además de insectos diminutos que le quitaron sus frutos, también el marfil de la voluntad de sus ramas, que, a pesar de sufrir el dolor de tener que despedir a sus pares, se sentirán tan agradecidas por tener la suerte de ser alimento de un montonón de seres desagradecidos que nunca darán cuenta de los favores, ni de los lujos, ni siquiera de sus lágrimas.
Con esta pequeña metáfora empezará una pequeña queja pública. Desde Arborizadora Alta, Ciudad Bolívar, donde cada paloma y hedor de basura le trae a la cabeza a los habitantes, también a los animales (ajenos al sentir del humano), la idea de que no habrá esperanza en esta tierra de nadie y que la inteligencia (arma diminuta de potenciales fabricas de hombres) no sirve. Aquí solo mandan los brazos anchos y las palabras dulces. Esas palabras que estarán tan satisfechas de la miel que producen sus clases obreras y además de ser tan vacías como sus promesas, tan grandes como la tristeza de su pueblo... solo pedirán disculpas ante todo el suplicio que se dibuja en los ojos, en los labios.
Entre tantos, un ukelele un lienzo, poema o canción, ¿quién dijo que los artistas solo eran aquellos que salían por la radio o por la televisión? He visto cómo mis pies intentan tocar islas entre tanto océano y tiburón reclamando su tesoro. En esta urbe, donde cada día es una gran interpretación del apocalipsis y el hambre, ellos solo desean un poco de lo que hemos podido recolectar en el día. La señora de al lado vende refrescos, la chica que había conocido la semana pasada tocaba el violín y yo, artista plástico o intento de escritor.
Desde las campañas políticas se hace tan volátil y tangible, hasta cursi en los fragmentos de sus palabras, "que los artistas volarán lejos, tantas oportunidades". Y yo creo que a este país le gusta tanto la literatura como el arte de la ficción, esa alimenta el destino de los miserables, porque podría despertar todos los días, el salario mínimo, como migas de pan, todos quieren ser jugadores de fútbol o cantantes de trap. Se apoyarían a los que cantan, se apoyarían a los que juegan al oficio de los chismes.
Ley 25 de 1985: "apoyar a los artistas organizando concursos, otorgando premios, becas, subsidios, crear escuelas de capacitación artística para la niñez y la ..."...