Desde su creación en febrero de 2015, el Centro de Pensamiento de las Artes y el Patrimonio Cultural para el Acuerdo Social (CREA) ha ido abriendo caminos en diversos espacios académicos, culturales y científicos.
Con la concepción inicial de promover la generación de conocimiento y pensamiento social alrededor de las artes y la cultura y de crear espacios de debate en los que se pueda reflexionar sobre la función social que estos campos podrían desempeñar en las dinámicas de transición hacia una posible era posconflicto, el CREA ha venido resaltando la importancia de asumir una posición crítica y activa desde ópticas diferenciales que permitan hacerle frente a las maneras en que tradicionalmente se ha asumido el conflicto y sus factores determinantes en Colombia.
El CREA, que es un espacio de concertación dispuesto por la Universidad Nacional de Colombia para el país, ha ido caracterizando sus múltiples iniciativas desde tres focos temáticos: Memorias y ciudadanías, Creación y educación artística para la paz, y Gestión cultural y desarrollo; cada uno de estos nodos trabaja alrededor de la producción y consolidación de estrategias que, desde sus diversas dimensiones, puedan aportar significativamente a la ubicación de las artes y el patrimonio cultural en la escena política nacional con el fin de generar acciones que verdaderamente lleven a la sociedad a prepararse mejor para asumir una cultura de paz y, así, poder afrontar la situación que podría advenirse si en efecto se diera la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc.
No obstante y aunque esta es una de sus principales motivaciones, el CREA ha venido haciendo énfasis en que las prácticas artísticas y culturales no sólo podrían funcionar en el factible escenario de un acuerdo de paz, sino que también podrían contribuir a la reconstrucción de tejido social, lo que en últimas implica que no necesariamente tendría que darse un acuerdo entre los actores del conflicto para, desde ya, empezar a ver las artes y la cultura con otros ojos y a repensar su funcionalidad para el desarrollo de una sociedad en paz.
Por ello, la implementación de diversas prácticas artísticas y culturales con las que el CREA ha llegado a diversos públicos para reafirmar la inminencia de un cambio en las tradicionales miradas sobre el conflicto, especialmente cuando alternativas como las artes y la cultura no han sido tenidas en cuenta ni sopesadas a la hora de crear estrategias que verdaderamente aporten a la resolución de conflictos y la generación de una cultura de paz.
Muestras de teatro, conversatorios, paneles de discusiones, talleres, exposiciones y performances artísticos han sido algunas de las actividades que el CREA ha organizado en el campus de la Universidad Nacional y en otros espacios capitalinos con la intención de dar a conocer que existe una organización que, desde la academia, se preocupa y trabaja permanentemente por una sociedad equidistante que pueda asumir, basada en prácticas artísticas y culturales, una forma disímil a la tradicional de reaccionar frente a las pugnas, hostilidades y demás diferencias.
Hace poco, por ejemplo, el CREA participó en la primera “Cumbre Mundial de Arte y Cultura por la paz de Colombia”, un evento liderado por, entre otros, la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Alta Consejería para las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, y el Instituto Distrital de las Artes. Este encuentro se desarrolló con el fin de generar consciencia alrededor de la necesidad de que el arte y la cultura sean tenidos en cuenta en el Proceso de Paz para movilizar a los colombianos hacia la construcción de una cultura de paz.
El evento, en el que se compartieron experiencias con cientos de invitados internacionales que asistieron a la Cumbre, sirvió para dar un mayor impulso al Centro de Pensamiento y para propiciar nuevos encuentros, iniciativas y alianzas que darán respaldo a ese fin que tanto anhela el país, pero que no sabe exactamente cómo conseguir: la paz, pero la paz asumida desde perspectivas artísticas y culturales que posiblemente podrían otorgar mayor definición a esos procesos, independientemente de si se da o no un acuerdo entre los actores del conflicto colombiano.
