A raíz de los acontecimientos que están generando las innumerables inundaciones en el país y de la información publicada por Corpoguajira en la página 12 del Diario del Norte de fecha 20 de abril del presente año, denominada “Corpoguajira alerta riesgos por inundación” de la cual es nada más y nada menos que el comienzo de la feria de advertencias que la Corporación Autónoma Regional de la Guajira comienza a realizar por la presencia de la temporada de lluvias en el país, cuando lo más apropiado era haber negado el permiso para el desvió del Arroyo Bruno, por todo lo que implica desviar un cauce natural. Los cacaos de Corpoguajira deben estar rogándole a DIOS que nada pase, porque de pasar, pronto los tendremos enfrentando las consecuencias de la fatal decisión de otorgar los permisos al Cerrejón. Los análisis realizados en todos los casos, permiten aseverar que los eventos a ocurrir, más que catástrofe imprevisibles forman parte de la dinámica natural desde una visión geológica y geomorfológica de los suelos, acompañado con factores de orden antrópico que suelen incrementar la tendencia natural del proceso aumentando las situaciones de riesgo.
La ocurrencia de precipitaciones intensas involucra probabilidad de crecidas extremas que afectan las zonas de inundación de los cauces de los ríos. Las inundaciones constituyen un proceso natural consistente en la ampliación temporal del lecho fluvial, ocupando la llanura de inundación o cauce mayor de los ríos, denominándose inundación fluvial. Un río crecido no puede recibir los caudales de sus afluentes provocando un cierre hidráulico, de manera que su propia crecida penetra en aquéllos y provoca inundaciones al remansar sus descargas, o coincidir las crecidas de los dos confluentes, produciendo efectos graves y complejos. Unas horas de crecida pueden significar condiciones graves superiores a decenas de años de escorrentía normal, de tal manera que al estar ante un proceso geomórfico decisivo en la dinámica de los sistemas fluviales afecta tanto a los cauces como a las áreas potencialmente inundables.
Generalmente, los ríos poseen en su curso inferior un lecho de inundación, es decir, un área baja a ambos lados del cauce que es cubierta por las aguas en determinadas épocas del año. En el período lluvioso, la cantidad de agua precipitada provoca la saturación de los suelos y un ascenso en su nivel freático por lo cual, si se produce una cantidad adicional de precipitación, se generará un desbordamiento y la consiguiente inundación. Estas inundaciones son originadas por razones de índole natural y en grado cada vez mayor por motivos humanos, como la destrucción o alteración de cuencas, extracción de áridos, deforestación, la minería, el sobrepastoreo, entre otros.
El hundimiento de las superficies del delta principalmente se debe a dos razones, entre ellas, la construcción de presas y el desvío de los cauces de los ríos, capturando alta cantidad de sedimentos que no son arrastrados hacia las desembocaduras, es lo que pasaría en un presunto evento en la parte media del rio Ranchería como es el caso el desvío del Arroyo Bruno.
La mala infiltración del terreno en la que el agua tiene dificultad para ser absorbida por el terreno y por ende se acumula son generadospor la saturación del suelo y la impermeabilidad del mismo. Considerando además que el transporte de sólido que arrastra el río, ya sea natural o antropogénico causa un grave daño por la velocidad del agua. El ensanchamiento del canal de un río y la destrucción de parte de la llanura de inundación, son fenómenos bastante comunes, observados en regiones semiáridas como la Guajira, ocurriendo alta erosión, la migración del canal donde las aguas de inundación con alta velocidad producen cambios drásticos en el cauce. De tal manera que como resultado del desvío del Arroyo Bruno y la temporada de lluvias que se avecinan, estamos expuesto a un peligro inminente de inundación en el área de influencia del Arroyo Bruno y del Rio Ranchería. Esta reflexión está basada en aspectos meramente técnicos y científicos. Ya se ha venido advirtiendo. Amanecerá y veremos!.