Los resultados de la reciente encuesta de Invamer con margen de error del 3% tienen a los famosos mismos que hacen siempre las mismas más preocupados que monja con retraso menstrual. Lo mejor que le puede pasar a Colombia es que Fajardo y Petro, técnicamente empatados con 20,2 y 23,5% respectivamente, pasen a la segunda vuelta presidencial. En un escenario como ese, ellos podrían prescindir de toda la politiquería sin hacer compromisos con ninguno de los desprestigiados partidos y dejar que el pueblo decida libremente.
De diciembre 2017 a enero 2018 Fajardo pasó de 18,7% a 20,2% y Petro en el mismo periodo de 14,3 % a 23,5 %, siendo ellos los que realmente crecen en los niveles de aceptación del cansado pueblo colombiano. El fallido discurso del miedo al castrochavismo y a las Farc no le ha valido a las hordas uribistas y vargaslleristas en contra de las candidaturas alternativas. Las preocupaciones de la gente en su orden son: el desempleo, la corrupción, la salud y la educación.
En la citada encuesta el porcentaje de votantes de Rodrigo Londoño no llega al margen de error. Eso desecha la teoría de que se le entregó el país a las Farc por dejarlas participar en política como parte de una negociación al dejar las armas. Es un error estratégico del uribismo- vargasllerismo reducir su oferta electoral al cuestionamiento del acuerdo de paz y al coco de Timochenko; más errático aún, que en el imaginario popular las Farc sean sustituidas por Fajardo y Petro como castrochavistas.
El país cambió cuando el poderoso Timochenko, comandante supremo de un ejército de más de 8.000 soldados fuertemente entrenados y armados, como lo hizo constar la ONU y como lo presenciamos los colombianos, entregaron las armas y su economía de guerra. El rechazo y abucheo a Rodrigo Londoño en su primera salida como candidato presidencial el fin de semana en Quindío, su tierra natal, indica lo vulnerable que ahora son todos ellos. Estoy seguro que este personaje nunca antes había sentido tanto miedo.
Colombia tiene política sin partidos y partidos sin política. Es tanto el desprestigio de estos, que el mismísimo Germán Vargas Lleras creador de Cambio Radical decidió, en un acto de oportunismo sin precedente, recoger firmas para parecerse a los movimientos Compromiso Ciudadano y Progresistas de Fajardo y Petro, respectivamente. Es claro que quienes están encabezando la intención de voto podrían considerarse candidatos de opinión. No cuentan con maquinarias mafiosas que los empujen; en su eventual llegada a segunda vuelta sería una bofetada a la politiquería.
Por otro lado, en una segunda vuelta presidencial Fajardo versus Petro, la Coalición Colombia que rechazó la consulta con Humberto de La Calle del Liberalismo por la corrupción de este partido, no podría aceptar los apoyos provenientes del conservatismo, Cambio Radical, Centro Democrático, ni del Partido de la U por la misma razón. Partidos estos, enemigos eternos de Petro que le pusieron todo tipo de palos en la rueda a la Bogotá Humana y que jamás se le ofrecerían a la propuesta de la Colombia Humana.
Si los colombianos mantenemos la intención de voto en las urnas en la primera vuelta presidencial, damos el primer paso para limpiar al país de los cacicazgos tradicionales que exigen un pedazo del poder por sus apoyos. De esta forma el nuevo presidente tendría más libertad para escoger un gabinete honesto, técnico y comprometido con la eliminación del analfabetismo, hambre y miseria del país. Ha sido la pobreza y la ignorancia de nuestro pueblo la que han mantenido en el poder a los corruptos.