El expresidente Álvaro Uribe se está jugando sus últimas cartas en su campaña de resistencia civil, buscando modificar los acuerdos de La Habana y evitar una posible impunidad para las Farc. Con esa bandera arranca una intensa gira de 15 días por varios países de Europa, comenzando por España, en la que espera convencer a mandatarios y organismos internacionales de la fragilidad e inconveniencia de los acuerdos de paz que hasta ahora han alcanzado el Gobierno y la guerrilla. Aunque Uribe ya acepta la negociación con las Farc, pide que se atiendan algunas de sus inquietudes que expondrá nuevamente en escenarios internacionales. No es la primera vez que el uribismo despliega una campaña de cara a la comunidad internacional; ya lo hicieron contra el exfiscal Eduardo Montealegre, a quien le lograron entorpecer su nombramiento como embajador de Alemania. La gira de Uribe no es indiferente para el Gobierno, que sabe de su acogida entre gobiernos y parlamentarios en Europa, donde el presidente Santos ya está recogiendo recursos para el postconflicto, que el discurso de Uribe podría poner en peligro.
