Raíces del Olvido de Jorge Montealegre, El valle sin sombras de Rubén Mendoza y Armero lo que nos dejó el volcán de John Sánchez, son tres películas que han sabido plasmar el drama de los armeritas. Tres miradas diferentes que apelan a una realidad que cuando no mata hiere, como decía el poeta Gómez Jattin. Con rigor investigativo, participación activa de la comunidad en la preproducción, rodaje y edición mostraron no sólo una herida abierta: el drama delos familiares de los niños perdidos de Armero, también unas cicatrices en sobrevivientes y damnificados que el algodón de la indiferencia no borran.
La esperada película Armero, no valió la espera. Una historia color rosado Soacha, que cruza las líneas del dolor, lo que le gusta ver a la mayoría de la gente. La historia de Omaira Medina contada en Caracol por Álvaro Freddy Acevedo en 2006 escrita de mi puño y letra para la revista Semana el mismo año y contada por Pirry años después, es ahora la historia principal.
La película actual puede conmover a algunos armeritas que quizá no vieron las anteriores cintas. Armero es un tema olvidado, que los medios sólo hablan en las conmemoraciones o cada vez que hay un reencuentro de adoptados y familiares. No hacen seguimiento y obvio, algo que mediáticamente evoque a su pueblo llama la atención de los que habitaron o conocieron esa ciudad próspera.
Mejor que rueden las opiniones de algunos espectadores que padecieron como sobrevivientes y damnificados este suceso del 13 de noviembre de 1985.
No debería ser cineasta sino político
Quise entrevistar a los tres cineastas de Armero, sólo fue posible contactar a Jorge Montealegre, director de Raíces del Olvido, quien desde Hawai opinó, que no ha visto la cinta pero le pareció, “Increible hasta que punto llegó Mantilla para atraer taquilla. En un juego de palabras de muy mala fe miente a quienes no saben diferenciar entre una nominacion y una inscripcion. Por medio de publicidad falsa dice que representará a Colombia en los premos Oscar cuando la realidad es otra y actualmente su público sigue creyendo esta mentira. No deberia ser cineasta sino político”. enfatizó el cineasta sobreviviente de Armero.
Confusa y superficial
Por los ojos de Mauricio Quezada, sobreviviente de Armero y operador de máquinas de cine Colombia han pasado más de 25.000 películas. Lo tiene claro, 25 años viendo cine le da la autoridad para afirmar que, “la realidad que muestra la película es muy confusa y superficial , los efectos son precarios y carecen de sentimientos reales a los que vivimos. La realidad de Armero está presente en la mente de todos los armeritas No es fácil plasmar lo que vivimos, pero un cineasta no puede mentir sobre los hechos”.
Deja un sin sabor
Lady Diana Cárdenas, no fue sobreviviente como Mauricio Quezada, su familia estaba en Armero y ella en Bogotá. En 1985 contaba con un año y nueve meses y como juiciosa investigadora y líder deja claro que “Las nuevas generaciones que vean hoy la película Armero tomarán como cierta la información, y para nosotros como hijos, nietos, sobrinos de los que allí murieron y que hemos investigado a profundidad la verdadera historia, cada cosa, cada símbolo, cada señal y cada acontecimiento real parece desdibujado allí en la película. Además cobran vida personas, líderes que no fueron tan importantes ni antes ni después de la tragedia. También, me deja claro que todo es recreado en fotografía imagen y edición, pero para las personas que como yo deseamos en realidad ver una historia y llegar a la realidad todo se torna al terminar en una ficción recreada que deja un sin sabor”.
Desaciertos históricos
Leticia Rondón es una voz autorizada, con una memoria prodigiosa que recuerda con detalles los días de su antiguo Armero en el que vivió hasta que la avalancha lo borró de sus lentes oscuros, con los que recorrió su ciudad . “En la película el contenido histórico tiene desaciertos. A la fecha de la tragedia el músculo financiero agropecuario era el cultivo de sorgo, no el del algodón. Si es un homenaje a los de Armero, como están vendiendo la película, entonces se debió hacer un recorrido histórico enfatizando la importancia como centro estudiantil, la importancia de los habitantes como comerciantes, los médicos, los abogados, los pilotos, veterinarios todo un conglomerado de personalidades dignas de mencionar, la relevancia deportiva que tiene y tuvieron sus protagonistas, la universidad del Tolima haciendo academia en el agro y la universidad Javeriana con su rotación de psiquiatría en el Neurosiquíatrico, el Serpentario único en Colombia y segundo en Suramérica en producción de suero antiofídico, en fin, realidades importantes de Armero que no se muestran”.
Sin lugar a dudas uno de los expertos y qué más conocen el tema de Armero es el profesor Gonzalo Duque Escobar, vale la pena cerrar esta nota con un aparte de su reflexión cuando se conmemoraron los 25 años de la tragedia de Armero:
“ Y a los pocos días de haber concluido la elaboración del mapa de amenazas, a pesar de la caída de cenizas que desde horas de la tarde afectaba a Armero, de las llamadas al cuerpo de bomberos de la “Ciudad blanca” efectuada desde uno de los municipios cordilleranos, de haberse informado el inicio de la erupción por la doble vía que se esperaba: la del volcán y la del hombre: los flujos de lodo, estimados después en 100 millones de metros cúbicos, descendieron raudos desde los glaciares del volcán nevado y avanzaron arrasándolo todo, hasta alcanzar los poblados ubicados en los valles de salida de los ríos; pero la población no fue evacuada. Por la vertiente del Cauca las riadas tardaron más de una hora hasta Ríoclaro y parte del Chinchiná, y por la del Magdalena, unas dos horas hasta Armero transitando por la cuenca del Lagunillas, y dos horas hasta las partes bajas de Mariquita primero para seguir luego a Honda, por el Gualí. En Armero los lahares, masas donde participan agua y sólidos por mitades, cubrieron con 2 m de lodos unos 30 km2 del valle en varias direcciones, incluida la norte ajena a este drenaje.
Y como me he preguntado ahora: ¿por qué antes del 13 de noviembre no se produjo ninguna acción, ante la advertencia expresa de que en caso de una erupción, Armero sería borrado por una avalancha? -esto de conformidad con lo que el mapa oficial mostraba desde su primera versión de inicios de octubre, así fuese preliminar-. Posiblemente el trabajo que emprendimos a la fecha fue tomado como un simple ejercicio académico, o también, la sistemática preocupación por la información que se daba en la prensa, dudosamente calificada de alarmista, terminó con sus voces por apagar las luces de sensibles periodistas, y con ello por desmantelar una estrategia que pudo contribuir a la apropiación social de la prevención del desastre.
Calificados expertos de varios países, después de recopilar la información sobre los antecedentes y analizar los hechos, coincidieron en denominar ésto como una catástrofe anunciada, mientras aquí unos y otros rompían sus vestiduras amparados en la imposibilidad de predecir el comportamiento de un volcán, para desconocer los pronósticos y decir que la suerte padecida por unos 25 mil colombianos, fue culpa de la indómita naturaleza."