Armenia y sus más de 300 mil habitantes se encuentran en estos momentos en un trance desesperado como consecuencia de la falta del agua, precioso y crucial ingrediente de la existencia humana.
Son miles de hogares e individuos afectados por la suspensión del servicio de acueducto que administra las Empresas Públicas (EPA) de la ciudad que depende del despacho del alcaldes.
Hace pocos días Armenia recordó el terremoto ocurrido hace 20 años que dejó miles de muertos y la destrucción de la ciudad, su infraestructura y equipamientos básicos.
Ahora este centro urbano se tropieza con esta grave situación que no se presenta por casualidad.
Armenia está en desgracia. Recientemente fue objeto de un descomunal asalto a su presupuesto general y al Programa de Valorización al que una mafia de la politiquería liberal le quitó más de 30 mil millones de pesos, por lo que varios exalcaldes, otros exfuncionarios y contratistas están en la cárcel de la capital departamental.
El problema de la suspensión del servicio del agua y de la contaminación de las bocatomas en Salento no es una novedad. Luis Carlos Serna, un reconocido ambientalista de la región, con un doctorado en dichos temas de la Universidad Autónoma de México y representante para Colombia del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) en temas ambientales, ha hecho las denuncias correspondientes, aportando pruebas y evidencias muy contundentes sobre la contaminación del agua que abastece no solo a Armenia, sino a Circasia y Montenegro. Sin embargo el gobernador, el cura Osorio, quien le quitó el programa de aguas al municipio de Armenia, junto a su asesor Miguel Ángel Rojas, dueño del Quindiano, un portal que hace de vocero oficial de la administración departamental, han tachado de terrorista y mentiroso a Serna.
El desorden y la incuria del Estado en el Quindío es tal que el cura Osorio, jefe del gobierno seccional, está dedicado a despilfarrar más de 100 mil millones de pesos de regalías en obras que no son prioritarias y en focos de corrupción como el de la Universidad del Quindío.
Para el cura el grave problema del agua en Armenia no es una prioridad, tal como lo ha sustentado Jorge Iván González en sus recientes análisis sobre el sistema general de regalías petroleras y mineras.
González ha dicho que los acueductos, las escuelas y los catastros municipales deberían ser el centro de inversión de los dineros de las regalías, pero en el Quindío están haciendo todo lo contrario, malgastando esos recursos entre los amigos de la rosca del Cura Osorio que ahora desvían grandes fortunas en contrataciones espurias y carentes de transparencia.
Para empeorar todo este cuadro, mientras los habitantes de Armenia están sin agua, el alcalde, la quintaesencia de la politiquería sinuosa, y su telaraña de concejales están de paseo en Turquía con el cuento de que allá les pagaron los pasajes. Vagabundos.
Armenia necesita de la solidaridad de Colombia. No hay que olvidar que es la capital del epicentro turístico más importante del país, después de Cartagena.
Para esta tarde se está convocando una gran marcha cívica y pacífica en Armenia, en la Plaza de Bolívar, para exigir solución inmediata al problema del agua y contra la corrupción en la alcaldía de Armenia.