¿Qué más se le puede pedir a un jugador que lo ganó todo? Franco Armani es el jugador que más títulos ha ganado con el Club Atlético Nacional, un total de 13 dianas lo acompañan. Jugó cerca de los 250 partidos (en esta época eso ya es una proeza) y defendió el arco del equipo en la era más ganadora de la institución. ¿Qué más le podemos pedir?
Cumplió un ciclo, ya le dio toda a la institución y cree que necesita nuevos retos, un nuevo aire. Ya tiene 31 años, las oportunidades se van agotando y el Mundial de Rusia está a la vuelta de la esquina. Mientras siga en la liga colombiana, devaluada y mirada por encima en el sur, Franco no tendrá la más mínima posibilidad de asistir, así sea en calidad de suplente, a la máxima cita del fútbol. El cambio a la liga argentina, más que estar en casa, es una necesidad imperiosa en su propósito. El mejor arquero de club que hay en América no se puede quedar sin probar las mieles de una selección.
Si bien ir a River Plate no le asegura su estancia en la selección, sí es una realidad que la da el derecho a pelear un puesto con mayor justeza. Demostrando su liderazgo, atajadas y jerarquía, Franco, tendrá ante sus manos una posibilidad única para su vida deportiva. Él es argentino y nunca lo dejó de ser (bien por él) y su sueño es atajar donde atajaron otros grandes arqueros gauchos.
Presidente, junta directiva, hinchas, seamos justos: lo merece. Merece ir a su país y dar la batalla por atajar en la selección. Nos dio mucho más de lo que en algún momento pudiésemos imaginar o ¿nos vamos a mentir? De él poco se esperaba y ahora se irá como una leyenda, sí, una leyenda a la altura de Higuita.
Nada es eterno, los ciclos se acaban. Ni siquiera los equipos más poderosos del mundo pueden retener a sus estrellas cuando estas desean dar un paso y tomar nuevos aires. Tendremos que agradecer, dar la vuelta y continuar. Los equipos siempre han estado por encima de los jugadores. Nacional debe seguir en su tarea de recuperar lo que perdió en seis meses.
A Franco ¿qué se le puede decir? Gracias por defender al Atlético Nacional; gracias por la atajada en Rosario (jamás se olvidará); gracias por las tandas de penales que sacaste adelante; gracias por darnos la oportunidad de conocer a una leyenda. Donde quieras que vayas serás un triunfador. Me sueño verte en el mundial y saber que cumpliste tu sueño.
