En su partido contra Godoy Cruz se comió dos goles. La hinchada ya lo señala.
Armani se despidió como un grande. Desde Falcioni no veíamos un arquero argentino de esas características. Un ganador que levantó todos los trofeos. El año pasado sonaba fuerte el rumor que podía ser convocado por Pekerman. Su nacionalización parecía confirmarlo todo. Pero cometió un error: aceptó la oferta de River Plate. Además, existía una verdadera posibilidad de que Jorge Sanpaoli lo llevara en el grupo a Rusia.
Dos meses después de su partida no juega en River y hoy, en la lista que publicaron los medios argentinos, Armani no aparece entre los seis opcionados a vestir la albiceleste. Apenas parece que va a debutar contra Olimpo en el torneo argentino. Le va a quedar muy difícil viendo que Sergio Romero, Nahuel Guzmán, Agustín Marchesín y Gerónimo Rulli están tapando, tienen continuidad y actúa en ligas más competitivas que la Argentina
Está claro que Franco Armani lo perdió todo yéndose al fútbol argentino. En Colombia ya el periodismo y hasta la gente veía con buenos ojos su posible inclusión entre los 23 que llamaría Pékerman para el mundial. Otro campeonato de gloria con Nacional lo hubiera catapultado a la selección sobre todo viendo e pésimo momento que pasa David Ospina y Camilo Vargas. Medellín es su casa, lo sabe y allí volverá cada vez que pueda, cada vez que quiera renacer. Armani es nuestro ídolo y, si fuera por el Nacional, sería el titular de la Selección Colombia. Armani no necesita un mundial para ser lo que ya es: un referente histórico del verde de Antioquia, el mejor equipo de Colombia