El 13 de mayo de 2010 fue la última rumba de Gustavo Cerati. Bebió cerveza y fumó hasta las cuatro de la madrugada junto a pocos amigos y su amigo y empresario de la música Julio Correal. El lugar elegido para rematar el concierto que había ofrecido en el Coliseo Cubierto el Campín de Bogotá fue Armando Records, uno de los mejores bares que se hayan abierto en la ciudad Bogotá y que cerró sus puertas al no aguantar el embate de la pandemia.
Armando Records fue abierto en 2008. Quedaba en la calle 85 arribita de la carrera 15. En pocos meses después de abierto se convirtió en el ícono de la rumba capitalina. A sus clientes nunca les importó las largas filas que debían hacer para entrar. Para gozarce la fiesta en este lugar, que llegó a estar en la lista de los mejores 100 bares del mundo, en el puesto 87, todo valía la pena. Armando duró abierto 13 rumberos años.
El fundador y propietario de Armando Records era Juan Sebastián Molina, un joven empresario que empezó en la movida de los bares y la rumba como mesero en Nueva York, Estados Unidos. Después de aprender el arte de la mixología, que es la mezcla de bebidas, en New York Bartending School, llegó a Bogotá con la idea de montar un negocio que fuera diferente a todos y lo logró, en 2008 abrió las puertas de Armando Records con el que logró hacer dinero y ganarse el reconocimiento como el fundador del mejor lugar para rumbear en Colombia.
Por la tarima de Armando pasaron las mejores bandas locales como Bomba Estéreo, Molotov, Monseiur Periné, Systema Solar, Superlitio, Aterciopelados, Mitú, Los Petit Fellas.
“A todos los que estuvieron ahí dándolo todo con nosotros... ¡Gracias! Armando y sus amigos también lo dimos todo por lo que a Uds. y a nosotros más nos mueve: ¡LA MÚSICA!”, fue la despedida de Armando Records, el último bar en el que Gustavo Ceratí se emborrachó y bailó un día antes de caer en un coma profundo que duró cuatro largos años.