El nuevo presidente de Argentina en su discurso de posesión del domingo manifestó a los ciudadanos:
“prefiero decirles una verdad dolorosa y no una mentira confortable” (…) “NO hay plata”.
Independientemente de la ideología que profesen los alcaldes y gobernadores que asumirán el primero de enero, la gobernanza con altura lo exige y la ciudadanía merece conocer la verdad -que es la virtud más pisoteada en la política-.
Es cierto que la carga emocional en campaña es altísima y se termina sufriendo una suerte de enamoramiento pasajero de aquell@s candidat@s que prometen ponernos a vivir en paraísos idílicos sin mayor esfuerzo.
Él es Javier Milei, el excéntrico político que se instala como presidente de Argentina
Pero todos sabemos que la realidad es distinta; que pasar de la teoría a la práctica es un reto. EE. UU. no salió de la “gran depresión” diciendo mentiras, Japón no hubiera podido recuperarse de dos bombas atómicas ocultando su realidad.
Hay que asumir los cargos y sacar adelante a los departamentos y municipios siempre sustentados en la verdad, de lo contrario serán un fracaso político que pase por una alcaldía o gobernación sin pena ni gloria.