Argelia, un municipio situado en la cordillera del Cauca, llegó a ser el municipio con más coca por metro cuadrado del suroccidente colombiano (casi que del país).
En 2016, el año de la firma del Acuerdo paz con las FARC con el gobierno Santos, Argelia y sus alrededores llegaron a tener sembradas 1755 hectáreas de cultivo de coca. La siembra ha sido exponencial y no se ha frenado.
Este es uno de los epicentros de las disidencias del Estado Mayor Central lideradas por Iván Mordisco que en las elecciones de octubre pasado tuvieron un choque con las Fuerzas Militares presentes, algo que nunca había ocurrido.
Inicialmente, y a pesar de la voluntad de miles de familias de cambiar sus cultivos, Argelia no fue incluido en el Programa Nacional Integral de Sustitución (PNIS), derivado del punto 4 del Acuerdo de Paz y puesto en marcha en 2016 en el gobierno Santos.
Sin embargo, con el gobierno Petro (a través de la Dirección de Sustitución de Cultivos Ilícitos en cabeza de Felipe Tascón a la cabeza) Argelia no solo fue incluido y priorizado en los esfuerzos del Gobierno nacional por identificar rutas y estrategias para transitar hacia nuevas economías, sino que abrieron una oficina en el municipio. Desde esta se articularán las acciones de Estado sobre del Cañon de Micay (zona en la que confluyen El Tambo, y López de Micay).
El reto es que las comunidades campesinas tengan otras opciones distintas a las tradicionales asociadas a la coca. Justamente ya se empezaron a ver experiencias que hablan de una apuesta diferente.
Uno de los campesinos líderes de la comunidad (y quien hace parte de un proyecto de transformación de residuos en madera plástica) es contundente en su sentir: “Argelia no es solo conflicto, Argelia no es solo coca, el campesinado argeliano le apuesta al cambio, le apostamos a la sustitución y le apostamos a un nuevo Argelia”.