No hay nada peor que sembrar ilusiones o expectativas para luego cosechar frustraciones o desilusiones. Se le entregará a Gustavo Petro un país en ruinas, desmembrado, con pérdida de su soberanía territorial, pobreza y un plan de retorno deliberado, para seguir en guerra. Se le entregará un país con los órganos de control cooptados, sin pesos ni contrapesos, totalmente desestitucionalizado.
Con este desesperanzador panorama, su gobernanza tendrá grandes dificultades y los actores nocivos de todo los pelambres, tratarán de fortalecerse, puesto que no existe un ejército que permita recuperar su presencia territorial. Se había diseñado un ejército para el posconflicto, que iba derecho a ser un ejército para la paz, contrario a esto se retrocedió, muto de nuevo a la guerra, donde solo mueren, los hijos de los pobres. Todo se frustró, los interesados en que la guerra continúe, no lo permitieron y allí están los claros resultados: más y más muertes.
El Estado se encuentra arrinconado, la convergencia de todos los miedos y males enferman el cuerpo social ya débil de por sí. Las soluciones y sus complejidades requieren procesos en los tiempos adecuados; pero da la impresión que solo se desea la satisfacción de las necesidades inmediatas. Nada será inmediato, Petro será presidente, pero no será el mago que solucione en el acto, todo lo que arrastra una seguidilla de malos gobiernos.
Habrá necesariamente que tener claro lo anterior, para no llevarse tempranas desilusiones, porque caso contrario tendríamos que elegir al mago Lorgia. Necesitaremos "darle tiempo al tiempo".
Es explicable que las ciudadanías en sus angustias permanentes se vuelvan inmediatistas, sus problemas y soluciones no dan espera; el tiempo corre y al no verlos solucionados de manera inmediata, aumentará la desesperanza, la frustración, la desconfianza y así los miedos y el pesimismo. Los escépticos de siempre volverán a pescar en río revuelto, prematuramente se dedicaran a hacer campaña para el 2026, trataran de conducirnos de nuevo hacia la polarización y a tomar una ruta sin rumbo fijo, en un país, que deja pasar las mejores oportunidades.
La situación es asimilable a la época del noviazgo: en él, todo es color de rosa, los mutuos defectos nunca salen a flote permanecen ocultos, todo es idealismo, ternura y el amor no falta. Poco después, llega el matrimonio y con él, la luna de miel que no necesariamente es exitosa.
Ya estando bajo el mismo techo, al poco tiempo, comienza el desencanto, empiezan a aflorar los defectos que no se habían notado en el noviazgo. Prematuramente, las inconformidades de lado y lado se hacen presentes; pululan los reclamos, las discusiones y la "incompatibilidad de caracteres".
Algo parecido puede eventualmente suceder con el hoy candidato y mañana presidente: un rápido desencanto puede sobrevenir, por el desconocimiento del normal desarrollo de los procesos de cambio, que toman su tiempo. En situaciones normales, los anhelados cambios, requieren unas etapas, que si no se saben interpretar, se terminara por rechazar de manera prematura al gobierno que se estrena.
Mi abuela Petrona Oliveros decía: "Espera caballo mío hasta que crezca la hierba, hay tiempo de llorar y tiempo de reír". Petrona lo decía, cuando se trataba de tener mucha paciencia, ¡y sí que la vamos a necesitar! Hoy asistimos a un espectáculo grotesco, que nos brinda la ultraderecha, los mismos que han gobernado durante 202 años y que son los verdaderos causantes de toda la tragedia que vivimos.
En política, cuando se gradúa tanto enemigo, llega el momento en que le ejercen. En el colmo del insulto a la inteligencia, estos enemigos (mas no adversarios), quieren vender al electorado la burda idea de que el corrupto es Gustavo Petro y no otros plenamente identificados. Gustavo Petro, aquel que denunció a costa de su propia vida el paramitarismo en Colombia, "El Carrusel de la contratación" en Bogotá, (eso por solo mencionar dos casos emblemáticos) según sus entrampamientos y mentiras, el corrupto es Petro, que anda en contubernio con los mismos que este denuncio. ¡En qué cabeza cabe eso!
Lo recomendable es tener mucha paciencia, el desencanto siempre será prematuro, la serenidad y también la acción para desmontar los embates de una derecha enloquecida y desesperada que siente que será muy difícil detener el cambio que se avecina. La ultraderecha, arreciara con todo el poder que le otorga el estar los 3 últimos interminables meses, que le queda a este desgobierno.
El candidato por el cambio debe ser muy consiente que este tipo de cosas iban a suceder y debe salir a aclarar dudas que deliberadamente siembran en el inconsciente colectivo. Vuelve mi Alter Ego Petrona a pronunciarse: "El que se mete en aguas profundas es porque sabe nadar bien" ...y Gustavo Petro sabe nadar muy bien en el mar de la política.
DICTUM: De Juan Manuel López Obrador (AMLO) presidente de México, se decía de todo, entre otras cosas, que era "Comunista" no veo que Carlos Slim Helú, German Larrea o Ricardo Salinas multimillonarios empresarios, hayan salido corriendo de México.
