El Plan Nacional de Desarrollo fue aprobado por Cámara y Senado y está pendiente de la sanción presidencial. Esto no ha impedido que diferentes gremios hayan anunciado su intención de demandarlo por considerar que va en contra de la Constitución.
Los artículos que han levantado ampolla entre importadores y comercializadores de ropa son el 274 y el 275, que contemplan el aumento de los aranceles para las importaciones de textiles que pasarían de 15% a 37.9%. De acuerdo con los “afectados”, esto encarecería la canasta familiar. La ropa es el cuarto mayor rubro al que le invierten los colombianos y serían los compradores quienes asumirían ese mayor precio.
Desde el punto de vista de los pequeños y medianos empresarios de la confección que se encuentran por todo el país y cuya vocería han tomado desde el GranSan Victorino, esta medida no solo permite proteger los empleos que genera la industria, también les da una garantía para poder competir en igualdad de condiciones con la ropa que se importa, especialmente la que llega de Asia a precios irrisorios.
Este plan, llamado Pacto por Colombia, pacto por la equidad, contempla dentro de sus objetivos principales generar empleo y estimular el crecimiento económico. Dos de sus pilares son el aumento de la productividad para que pase de 0.65 a 1.1% y la creación de 1.6 millones de empleos que permita reducir la tasa de desocupación de 12.8% a 7.9%.
Para el logro de estos objetivos es clave que se estimulen los sectores generadores de empleo. De acuerdo con Alejandro Carlos Chacón, actual presidente de la Cámara de Representantes y miembro de la comisión económica del Congreso, el aumento de los aranceles no va en detrimento de los colombianos como lo aseguran Fenalco y Analdex.
“Lo que están acabando precisamente es la capacidad adquisitiva de los colombianos porque no se está generando empleo, por el contrario, el país está perdiendo dos millones de empleos de personas que se pueden ganar un mínimo, que lo ganan formalmente, lo que se está es causando un grave daño a la economía. Y no solo no se genera empleo, además se benefician únicamente a 30 o 40 empresas que son las grandes importadoras de este país, en contra de más de un millón y medio de empresas colombianas que pueden llegar a generar más de 4 y medio millones de empleos entre directos e indirectos”.
Así las cosas, desde el Congreso empieza a promoverse la iniciativa no solo de que se revise el tema de los aranceles, también de que pasen al tablero acuerdos comerciales y tratados de libre comercio para verificar hasta qué punto están cumpliendo su función de favorecer los intereses de los países firmantes.
“El libre comercio es muy importante, claro que sí, pero no en contra del mercado interno colombiano” concluyo el representante.
