El municipio de Aracataca, al igual que muchos otros en el territorio colombiano, ha sido afectado por la contienda armada entre diversos actores sociales, legales e ilegales, resultando en numerosas violaciones de los Derechos Humanos.
En particular, grupos de ideologías tanto de "izquierda" como de "derecha" han dejado su huella en la zona. Entre 1982 y 1987, el antiguo grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC, a través de su Frente 19, estableció un corredor desde el departamento del Cesar, consolidándose principalmente en las cuencas de los ríos Piedras, Aracataca, Sevilla, Fundación y Río Frío. Durante este periodo, fortalecieron sus filas mediante el negocio de la exportación de cocaína y la imposición de impuestos y "vacunas", especialmente dirigidos a ganaderos y terratenientes, hasta el año 2016, cuando la guerrilla se desmovilizó tras la firma de los Acuerdos de La Habana (Gómez, 2019ª; 2019b; 2019c; Varela, 2017; Vergara, 2017).
En contraste, persiste en la actualidad el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional - ELN, cuyas operaciones en el territorio datan de la década de 1990, con el Frente Francisco Javier Castaño presente en áreas cercanas como Ciénaga, Fundación, Pivijay, Remolino, Sitio Nuevo y la zona limítrofe con el departamento del Atlántico (Alcaldía de Aracataca Magdalena, 2018b).
En cuanto a grupos al margen de la ley con ideología de "derecha", surgieron las Autodefensas de Colombia -AUC, inicialmente como respuesta a la bonanza marimbera de 1970 y posteriormente como contramedida al accionar de la guerrilla, originadas en Planadas, Tolima. Aunque estas fuerzas dejaron las armas según los discursos oficiales durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez mediante la Ley de Justicia y Paz, subsisten como entidades denominadas Bandas Emergentes en Colombia- BACRIM, vinculadas directa o indirectamente a la agroindustria de la palma de aceite, operando actualmente en el territorio y la territorialidad del Magdalena (Kalmanovitz, 2019; Alcaldía de Aracataca Magdalena, 2018b; Ocampos, 2009; Goebertus, 2008).
Existe una abundante literatura especializada que destaca la conexión entre la expansión de la agroindustria de la palma de aceite y el desplazamiento forzado, así como la usurpación de tierras (Gómez, 2019ª). La guerra en Colombia, y específicamente en Aracataca, ha impactado de manera pronunciada en el ámbito "rural", dando lugar a situaciones alarmantes como asesinatos selectivos y amenazas a la vida (Rendón, 2017).
El territorio de Aracataca, al formar parte del circuito productivo de la Zona Bananera, ha sido testigo de tensiones persistentes entre terratenientes y campesinos, así como entre empleadores y empleados, en los ámbitos social, político y civil. Según datos de enero de 2020 de la Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas (UARIV), de los 39,857 habitantes del municipio, 15,628 fueron catalogados como víctimas del conflicto interno. Además, se identificaron 1,096 individuos de la Población Víctima Económicamente Activa (PVEA) y 1,616 personas categorizadas como Población Víctima Económicamente Inactiva (PVEI). Las mujeres representaron el 59.76%, mientras que los hombres constituyeron el 43.33% (UARIV, 2020; Centro de Memoria Histórica, 2017).
Foto autor
Parafraseo de la tesis doctoral: Metabolismo social de la agroindustria de la palma de aceite en el territorio de Aracataca Magdalena Colombia (1965-2018)