Mario Hernández madruga todos los días a su gran fábrica en la zona industrial de Bogotá. Una marroquinería con 1000 empleados directos en la que se producen bolsas, cinturones, chaquetas y zapatos para el mercado nacional y de exportación.
El empresario fue un duro opositor de Gustavo Petro y su propuesta de izquierda que, como él dice, no hace otra cosa que quejarse. Forma parte de esa mitad del país que en la segunda vuelta votó por Rodolfo Hernández. Sin embargo, no dudó en reconocer el triunfo de Petro y advertir que no solo no se va, sino que está listo a remangarse. Entrevista.