Tal vez recordamos la primera vez que intentamos montar en bicicleta, freír un huevo o resolver un problema matemático; pues dentro de la conducta del ser humano está presente la capacidad de sacar provecho de sus experiencias, aprendiendo así las respuestas adecuadas para funcionar de manera eficaz; ya que esta misma conducta influye en casi todos los actos, incluyendo los sentimientos y los pensamientos.
Con lo dicho anteriormente, podemos entonces definir el aprendizaje como un cambio relativo del comportamiento del ser humano, provocado por la experiencia.
El niño razona sobre las cosas y los acontecimientos de forma distinta a la del adulto, no es capaz de prever situaciones ni de pensar mas allá de lo que está viendo, gracias a la capacidad de observación, sociabilización y movimiento, el niño desarrolla su pensamiento.
Una de las grandes preocupaciones y obligaciones de la familia es la educación de los hijos; desde la visión de aprendizaje social, sabemos que los modelos agresivos pueden desencadenar en los niños comportamientos violentos, e incluso algo mas grave, enseñarles nuevas formas de agresividad; cuando constantemente ven peliculas violentas, y más aún cuando ven que quienes llevan a cabo las agresiones no son solo los "malos", sino que también los "buenos" golpean, disparan y matan, acaban por interiorizar que mediante la agresión puede obtenerse lo que uno quiere.
En este orden de ideas, podemos hablar de la televisión, esta tiene efectos en las áreas emocionales del niño influyendo incluso en sus intereses, motivaciones y en su formación integral. Cuanta más violencia ve el niño, menos sensibilidad emocional tendrá ante los hechos violentos, y pasará a usar la agresión como respuesta a las situaciones conflictivas en las que se vea involucrado. La violencia social afecta al desarrollo del niño a nivel físico, social y emocional; las comunidades en las que los infantes crecen pueden tener un efecto profundo en los adultos en los que se convertirán, muchos niños son criados en un ambiente tranquilo y acogedor; en el otro extremo, muchos niños crecen bajo conversiones adversas que pueden ser causantes de una exposición elevada a los acontecimientos negativos que dan forma a los resultados de vida. En conclusión, la exposición a la violencia comunitaria e intrafamiliar está entre las experiencias más prejudiciales que pueden vivir los niños ya que afectan su forma de pensar, sentir y actuar.
"La violencia crea más violencia"
Los infantes sometidos a la violencia tienen más probabilidad de quedar atrapados en un círculo de violencia que conduce a futuros comportamientos violentos, incluyendo la agresión, la delincuencia, y abuso infantil. Además se ha considerado que la exposición a la violencia contribuye a problemas de salud mental durante la niñez y la adolescencia; entre estos están la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático.
No hace falta mencionar que la respuesta más importante para bajar el índice de la violencia comunitaria, es trabajar mancomunadamente con programas socioeducativos para cambiar el entorno donde crecen los niños; teniendo en cuenta que la exposición a la violencia afecta a la reactividad del estrés del niño, los programas de prevención e intervención que ayudan a los niños a comprender y manejar su estrés son ingredientes importantes para la promoción de la capacidad de recuperación y adaptación para los niños expuestos a la violencia.