Bueno, primero debo confesar que sí, como se imaginan, me cae bien y admiro a Amparo Grisales por todo lo que representa como mujer, más allá de que sea una figura del ámbito del espectáculo el lugar que tiene se lo ha ganado con trabajo duro, dedicación y rebeldía. Así que después de sus controversiales declaraciones, primero en Blu Radio, luego en el foro organizado por Revista Semana sobre el rol de la mujer e incluso hace poco en un capítulo del exitoso programa Yo me llamo, donde recalcaba de nuevo su opinión sobre el #DerechoAlPiropo, decidí arremangarme la camisa y escribir esta apología.
He leído y escuchado muchas reacciones y opiniones respecto a lo dicho por Amparo. Sin embargo, me he detenido en numerosas situaciones en las que he querido refutar cosas con las que no estoy de acuerdo. Cabe aclarar que las siguientes frases no son literales, pero son las ideas que han expresado muchos.
“Ese no es un espacio para mujeres como ella”: cómo es que hablan en nombre de un movimiento por la equidad de géneros (feminismo), en el cual se busca que todos sean iguales en derechos y que a todos se les trate por igual, y manifiestan que es mejor que no le cedan este tipo de espacios de discusión a mujeres como Amparo Grisales, ¿dónde está la práctica de lo que se pregona ahí? Es decir que debemos ser fotocopias de cómo vemos el mundo, lo sentimos y vivimos en él para estar autorizados a tener un espacio para opinar de este. ¿No es esto censura y precisamente lo contrario a la igualdad derechos, por lo menos a igual garantía de participación?
“Es que para qué ponen a gente ignorante a hablar de esos temas”: apelar a la intelectualidad y llamar a Amparo "ignorante" me parece un grave error porque el feminismo no debe estar relegado a las personas “ilustradas”, pues se termina hegemonizando el movimiento por parte de los que se sitúan en los campos del saber. El feminismo es para todos y es muy bueno que se den este tipo de discusiones que generan reflexión, incluso si esta no se da entre feministas con las teorías bajo el brazo. Apelar a la intelectualidad me parece mezquino y muy bajo, debemos reconocer el conocimiento y las formas de pensar de todos, sin infravalorar o sobrevalorar a los otros de acuerdo a su nivel escolar y no debe existir una supremacía en los saberes.
“Los piropos se aceptan cuando vienen de una persona que es de agrado, si se conoce, si existe un mínimo de confianza, pero muchas veces denigran a las mujeres y son el preámbulo para el acoso callejero”: debo aclarar que el término piropo, según las acepciones oficiales, es una frase breve con que se exalta alguna cualidad de alguien, especialmente la belleza de una mujer, por lo tanto en sí no estamos hablando de las frases negativas que vilipendian a la mujeres. Además, el piropo no solo atañe a cualidades físicas, sino que puede referirse al intelecto u otras características también. Ahora, me atrevo a decir que eso de que el piropo solo se da entre personas de confianza no es tan preciso, es decir, cuando conociste a tu pareja y empezaron a hablar seguramente no tenían toda la confianza debida, ni fue precisamente en un lugar específico o pensado para la formalización del cortejo; eso ocurre espontáneamente en cualquier lugar, con personas conocidas o desconocidas que por supuesto te echan piropos para conquistarte, es habitual.
Ahora, muchos acusan a Amparo de misógina, y es aquí cuando veo la hiperbolización de algunas feministas: no siempre subyace la misoginia cuando no se está de acuerdo con lo que piensa una feminista. Cabe aclarar además que lo organizado por Revista Semana no era un conversatorio feminista, era uno sobre el rol de la mujer y, por tanto, es válido que haya diversas perspectivas o filtros de cómo se concibe el papel de la mujer en la sociedad. Igualmente es válido en estos espacios resaltar las inconformidades que se tiene con estos movimientos, porque siempre se debe permitir revaluar cosas para no llegar a romantizar los movimientos a tal punto de pensar que sostienen los axiomas de la recta moral y la absoluta verdad.
Respecto a lo que Amparo le dijo a Alejandra Borrero, aunque jamás dijo que apoyaba la violencia, como algunos lo han hecho parecer, sí es un comentario homofóbico el que hizo, mas eso no la hace inmediatamente una homofóbica. Cuántos no hemos encubierto alguna vez un chiste o chascarrillo que va en contra de la dignidad de alguien, aun teniendo toda la teoría y conceptos en la cabeza, no obstante eso no nos ha convertido inmediatamente en racistas, homofóbicos y misóginos, etc. No se puede simplificar o resumir a las personas con dos adjetivos, borrando todo lo que son.
“Lo que busca es llamar la atención para tener rating”: esto irrisible, ella no necesita buscar rating, pues lo tiene todo. Lo que ella dice no es para buscar que la gente la siga viendo, más bien así es como ve y piensa la vida, simplemente es así. No es que busque que la vean, de eso no necesita, la gente lo hace por "inercia”.
Al hablar del modo en que lo ha hecho sí está desconociendo muchas realidades que no son la suya y es irresponsable al generalizar con mucho de lo que dice, sin embargo creo que a lo que ella se refiere es al radicalismo, pues sí que hay mujeres que en su búsqueda por la igualdad tienen acciones que sobrepasan lógicas, como no aceptar que a su lucha se unan hombres (las hay) y que por tanto tácitamente se ponen al extremo de la vera de la reivindicación, al sectarismo (fanatismo en la defensa de una ideología).
Para terminar debo recordar que Amparo siempre se ha salido de los cánones del “deber ser" de la mujer impuesto y lo ha defendido con rebeldía: no quiso tener hijos ni ser ama de casa bajo la sombra de un gran pintor o cantante, prefirió trabajar y perseguir el éxito por su cuenta. Además, fue la primer mujer que se desnudó en la televisión nacional, la primera en interpretar a una mujer lesbiana y aún hoy día sigue derrumbando paradigmas al emanciparse de los roles que se nos imponen con la edad, pues sigue siendo una mujer que disfruta de su cuerpo, que se siente bella, que no teme hacer lo que se cree que debe ser para las “jóvenes” y que prefirió seguir trabajando que ir a coser los zapaticos de sus nietos, lo cual está bien para quienes lo eligen y disfrutan. Ella tomó otro camino y a pesar de todos los comentarios edadistas (discriminación por la edad) que le arrojan a diario esto no ha llevado a nadie a pronunciarse en rechazo.
El feminismo está en el momento en que debe seguir reconociendo y abrazando como compañeras de lucha a aquellas mujeres que disfrutan de su belleza, de su sexualidad. Debe estrechar las manos de esas femme fatale, pues es mejor ser aliadas que crear un cisma entre sus mismas congéneres. Finalmente, así como dijo Madonna en un discurso en el 2016 al recibir un premio de Billboard a la mujer del año, Amparo es un tipo de feminista diferente, ella es una bad feminist.
